La diseñadora letona IVETA VECMANE ha presentado ‘Melancholia X’ en la última edición de RIGA FASHION WEEK. Creada en colaboración con su hija Hanna, la colección explora lo desconocido a través de las conexiones misteriosas y cambiantes que definen la subjetividad de cada persona. En #VEINDIGITAL nos colamos en su backstage y hablamos con ella de dualidades, experiencias ancestrales y trenzas infinitas.
La pasarela evocaba el corazón de un bosque, oscuro y tenebroso. Desde el público esperábamos que de entre las sombras las modelos vestidas con ‘Melancholia X’, la última colección de la diseñadora letona Iveta Vecmane, trajeran una chispa de luz. Reconocida por su estética minimalista y atemporal, Iveta ha consolidado su sello distintivo en la moda del norte de Europa desde la fundación de su marca homónima en 2017 a través de colecciones que invitan a crear un guardarropa duradero, donde cada pieza tiene un propósito.
Con ‘Melancholia X’, creada en colaboración con su hija Hanna y presentada en la última edición de Riga Fashion Week, Vecmane nos invita a un recorrido introspectivo en torno a lo que ella llama «tristeza hermosa» o «belleza silenciosa». “X no es solo un número; es un valor que cambia dependiendo del entorno. Las prendas profundizan en las contradicciones del bien y el mal, creando una abundancia de imágenes y enfatizando el diálogo entre modernidad y tradición. Cada elemento de la colección revela una filosofía en la que la moda se convierte en un medio de autoexpresión y reflexión sobre la vida”, compartía en su perfil de Instagram. Inspirada en las intersecciones entre luz y sombra, femenino y masculino, pasado y futuro, la colección explora cómo el valor desconocido X representa esas conexiones cambiantes que definen nuestra identidad personal.
Las siluetas características de Vecmane se entrelazan con detalles artesanales que rinden homenaje a la herencia y a la transformación, con elementos que simbolizan la libertad y la fluidez de la identidad. Las trenzas y el croche honran la sabiduría generacional, llevando consigo las experiencias de su familia y reflejando el diálogo constante entre generaciones. Una mezcla de toques góticos, victorianos y neorrománticos definen la atmósfera que crean las piezas de ‘Melancholia X’, continuidad a la serie ‘Melancholia’. En el backstage, las modelos vestidas ya con los looks, compartían una energía misteriosa. Un aura oscura y luminosa, que momentos más tarde se dejó sentir sobre una pasarela que arrancaba desde la proyección de las raíces de un árbol, tan ancestrales y enrevesadas como las trenzas que peinaron el suelo bañado por copos negros que caían del techo.
La melancolía ha sido un tema recurrente en tus colecciones. ¿Cómo explora esta última versión nuevos aspectos de la melancolía y qué emociones esperas transmitir?
Cada colección encarna melancolía y es una secuela de Melancholia, pero esta la lleva a un lugar más introspectivo. Aunque algunos pueden percibirla como casi depresiva, yo la veo como una representación de “tristeza hermosa”. Para mí, la melancolía posee una belleza silenciosa, un paisaje emocional distinto de la desesperación, lleno de matices y gracia sutil. Con esta colección, busco transmitir la emotividad de la tristeza, capturando ese delicado equilibrio donde el dolor se convierte en su propia forma de belleza.
La colección conecta modernidad y tradición mientras reflexiona sobre las dualidades del bien y el mal. ¿Cómo equilibras estos elementos en tus diseños?
Para mí, todo en la vida tiene una dualidad, y capturar este equilibrio entre modernidad y tradición es esencial. A lo largo de la historia de la marca hemos incorporado a menudo herencia (etnografía, tradición, historia) en nuestros diseños, manteniendo la elegancia clásica como base. En esta colección, incluimos el crochet, inspirado en las intrincadas y hermosas creaciones de mi abuela, transformando este arte en piezas contemporáneas. El equilibrio entre el bien y el mal es un paralelo a la armonía que buscamos en la vida, recordándonos que incluso las cosas positivas pueden ser abrumadoras sin moderación. El equilibrio, en todo, es clave.
¿Cómo influyó la colaboración con tu hija Hanna en la visión de esta colección? ¿Cuál fue su influencia en el proceso creativo?
La colaboración con mi hija Hanna aportó una energía profundamente intuitiva y armoniosa a esta colección. Hanna es una de mis mayores inspiraciones; su estética, percepción y sentido de la expresión reflejan los míos. Nos complementamos de forma natural, creando una sinergia fluida que permitió que las ideas fluyeran sin esfuerzo. Como un mecanismo bien aceitado, trabajamos juntas para refinar cada detalle, fusionando nuestras visiones en una colección unificada que habla de la sensibilidad de ambas.
El concepto de ‘X’ en tu colección representa una variable que cambia con el entorno. ¿Podrías compartir cómo se expresa esta incógnita a través de las prendas?
El concepto de ‘X’ en esta colección es una exploración de los desconocidos que encontramos en la vida, similar a resolver una variable elusiva en un problema matemático. Simboliza las relaciones y narrativas impredecibles que se desarrollan con el tiempo; conexiones que pueden conducir a la armonía o la divergencia. Al crear esta colección, Hanna y yo revisamos una década de diseños, seleccionando nuestros elementos favoritos y fusionándolos en algo nuevo. A través de la asimetría, la deconstrucción y la innovación, damos forma a ‘X’, expresando la bella imprevisibilidad de la vida.
¿Cómo esperas que las mujeres se conecten y expresen a través de tus piezas?
Mis diseños están creados para personas con personalidades fuertes, ya que solo las personalidades fuertes pueden dar vida a las colecciones. Aunque la marca siempre ha encarnado a mujeres fuertes, esta colección difumina las líneas de género tradicionales, invitando tanto a hombres como a mujeres a relacionarse con ella. Veo la ropa como una forma de contar historias, permitiendo a cada individuo transmitir aspectos de su identidad. La moda es un lenguaje íntimo, y espero que cada persona que la lleve se sienta empoderada para expresar su narrativa única, compartiendo su propia fortaleza y valores.
¿Podrías compartir algunas de las referencias históricas que influyeron en el diseño de esta colección? ¿Cómo se mezclan estos elementos con los aspectos modernos de tu trabajo?
Como mencioné, revisitamos elementos destacados de temporadas anteriores, tomando del archivo en evolución de la marca y transformando elementos clave en una narrativa cohesiva. Esta reflexión histórica nos permitió retener la esencia de diseños pasados, fusionándolos con detalles contemporáneos. El resultado es una fusión que respeta la tradición, pero que se siente moderna, capturando la elegancia atemporal de la marca con interpretaciones renovadas que resuenan con la sensibilidad actual. También las trenzas exageradamente largas son un elemento visual clave, simbolizando una conexión poderosa con la familia y la herencia. En mi familia, las mujeres —mi madre, yo y ahora mi hija— siempre hemos tenido el cabello largo, que veo como un receptáculo de nuestras experiencias y la energía de nuestro pasado. Las trenzas entrelazan las historias de nuestras vidas; algunas se llevan puestas, otras en las manos, simbolizando el peso de las experiencias pasadas. Trabajar entre generaciones es una hermosa mezcla de contrastes: la libertad juvenil contra la intuición experimentada y la dinámica entre ambas. Esta colección es una invitación a abrazar esas dualidades y a actuar libremente, sin pensar demasiado.
Hay un toque gótico, tanto en las prendas como en la presentación en pasarela. ¿Qué inspiró esta estética y cómo intentaste transmitirla?
La sugerencia de una estética gótica es intrigante, aunque no fue una dirección intencional. En cambio, los diseños actúan como armaduras, pensados para individuos que buscan fortaleza y confianza en lo que llevan puesto. Cada pieza está diseñada para infundir un sentido de empoderamiento, enderezando la postura y ofreciendo ese toque faltante de seguridad en uno mismo. Se trata de crear una fuente de fuerza que el portador pueda llevar consigo durante el día, un recordatorio de su resiliencia y fortaleza interior.
Las piezas de crochet destacaron, especialmente la que presenta la palabra CUNT.
La pieza de crochet con la palabra “cunt” es una declaración sobre el juicio y las etiquetas. Con demasiada frecuencia, somos rápidos en juzgar o en colocar etiquetas severas a otros, como llamar “cunt” a alguien, sin conocer su historia o qué impulsa sus acciones. Esta pieza desafía ese impulso, recordándonos que cada acción tiene un contexto que quizás nunca comprendamos por completo. A veces, las presiones de la vida nos empujan a actuar de maneras que otros juzgarán, pero esas acciones a menudo son necesarias para la autoconservación. También es una declaración de reclamación de fortaleza ante el juicio. Esta pieza es para las mujeres que no temen llevar esa etiqueta si se les impone, empoderadas para aceptarla sin vergüenza. Habla de resiliencia y autoseguridad, reflejando la complejidad y el poder inherentes en abrazar la identidad completa de una misma.