Luis Sala: «La moda es una forma de expresarnos ante el mundo»

19 / 04 / 2023
POR Elena Rubio

Manual, guía, retrospectiva y homenaje. Una declaración de amor a la moda española contemporánea. En #VEINDIGITAL hablamos con el autor sobre su nuevo libro ‘Vestir es soñar’.

Juan Vidal

Luis Sala, licenciado en Diseño de Moda y especialista en arte moderno, contemporáneo y diseño por el MoMA de Nueva York, reúne en su nuevo libro ‘Vestir es soñar’ (Turner) los principales nombres de las firmas españolas que han definido el panorama de la moda a lo largo del último siglo. Como él mismo afirma se trata de «un descarado homenaje a mis ídolos» que abarca desde Mariano Fortuny hasta Palomo Spain, pasando por figuras como Balenciaga, Carmen Mir o Pertegaz, entre otros.

Palomo Spain

“La moda es una disciplina tan necesaria como cualquier otra. Necesitamos ropa para poder vestirnos, pero también para soñar. La distancia entre la necesidad y el universo de imaginación es lo que diferencia a la moda de la mera indumentaria.» Con estas líneas, el autor define el título del libro y explica su propia concepción de la moda, ligada a su carácter onírico y el amor por aquellos que han luchado por conseguir su sueño.

Reveligion

Para comenzar, en tu libro ‘Vestir es Soñar’ mencionas que te enamoraste de la moda muy pronto, ¿Cuándo y por qué nace ese interés hacia este arte?

La moda era una de las manifestaciones artísticas que yo veía que estaba por todas partes. Había moda en las calles, en el metro y en las pasarelas. Me gustaba esa idea de cómo lo que pasaba en los desfiles se colaba en las calles y se traducía de una forma interesantísima en lo que conocemos como streetstyle. Yo creo que la primera vez que dije que quería estudiar diseño era muy pequeño, no me preguntes cuando porque no me acuerdo, pero a partir de ahí fue creciendo el interés. Me convertí en un chico Vogue y cada diecinueve de mes iba al kiosko a comprarlo. Y eso todavía pasa.

Victorio & Lucchino

Al comenzar este libro comentas que puede que sea en nuestro país donde la moda española esté menos valorada. ¿Consideras que ha cambiado la valoración de nuestra propia moda en España?

Bueno, las cosas están cambiando. Es cierto que el sello “Made in Spain” tiene que creérselo todavía muchísimo, pero veo que esto va hacia adelante. Tan solo tenemos que ver la recién celebrada MBFW MADRID, que cumplía setenta y siete años; o Madrid es Moda, que en sus años de vida ha situado la ciudad entre una de las grandes a nivel mundial en cuanto hablamos de moda. Es importante que se reciban subvenciones para que la industria crezca, porque la moda es industria, cultura e incluso turismo, pero se olvidan de que está ahí. Veo que va calando que el sello España importa, pero necesitamos más. Al final, a los estudiantes de diseño se les habla poquísimo de Teresa Helbig o Carmen Mir, pero no hay ni uno que termine sus estudios sin saber quién era Coco Chanel.

García Madrid

Para situar al lector, intercalas contextos históricos que se corresponden con cada diseñador, nos hablas de “Sufragistas, Flappers y Garçonnes”. ¿Cómo pudo ayudar la moda a aquellas mujeres que lucharon por su independencia e igualdad?

Al fin y al cabo, la moda es una forma de expresarnos ante el mundo. De decir a una sociedad que nos envuelve quiénes somos y qué papel queremos jugar en ella. Estas mujeres de las que habla ese capítulo son unas pocas de las muchísimas que ayudaron a cambiar el mundo. Venían de una época de corsés y faldas hasta los pies, la Belle Époque llegaba a su fin y los locos años veinte no iban a esperar a nadie. Las sufragistas iban cambiando el mundo, sus ideas habían calado en prácticamente toda Europa y Estados Unidos desde la Declaración de Séneca Falls y el posterior activismo. Un grupo de mujeres se quitó el sombrero en la Puerta del Sol en una época en la que era prácticamente una obligación y surgió el Lyceum Club en Madrid donde participaban en la vida cultural. El mundo cambiaba y en parte los creadores de moda tenían mucho que ver, porque nacieron las Flappers y Garçonnes, que eran dos modelos de mujeres que se oponían a toda regla establecida y a la vez muy opuestas entre ellas. Y fueron esenciales.

Belle Époque

Hablando de Cristóbal Balenciaga, explicas como el auge del prêt-a-porter arruinó “el milagro Balenciaga”, ¿crees que, si el diseñador se hubiese sumado a esta tendencia, Balenciaga pudiese haber crecido aún más en cuanto a la influencia y el deseo de la marca en España?

¿Quién lo sabe? La historia sería otra completamente distinta. Al final, se recuerda tanto su figura porque fue fiel a sus ideales hasta el final. Porque «genio y figura hasta la sepultura». El sello Balenciaga posicionó a España en el mapa. Después de Fortuny él fue el que dio el pelotazo. Llegó a tener que desfilar en momentos separados de sus compañeros del sector porque le plagiaban. Lo dijo Coco Chanel cuando afirmó que Balenciaga era el único couturier, los demás meros diseñadores de moda. El “milagro Balenciaga” hacía que la pieza fuera como un guante sobre el cuerpo femenino y eso era incompatible con la filosofía del prêt-à-porter. Si él hubiese cambiado, no sería lo mítico que es.

Juan Vidal

En la ‘Nueva Era’ nos cuentas como nace una mujer más libre y activa que quiere deshacerse del corsé, y librarse de esa opresión, ¿cómo crees que influyó la indumentaria en el camino hacia la libertad de la mujer?

Hay que pensar que con el cambio de siglo la mujer se ve envuelta en una guerra sin precedentes y debe adoptar trabajos “masculinos” hasta la fecha. Y para ello deben ponerse cómodas. Ahí es cuando empiezan a nacer las faldas pantalón y se ponen monos de trabajo. Claro, cuando termina la Primera Guerra Mundial y los hombres vuelven del frente, las mujeres les dicen que de volver a lo de antes ni soñarlo. Y después ha habido referentes que han ayudado a romper tabúes de cómo debían ser las mujeres en cada momento. Aquí en España me viene a la mente Alaska, que fue toda una revolución estilística en los ochenta y noventa, e iba años por delante del resto. Las que consiguieron hacer lo que les daba la gana y que hablara quien hablara lo tuvieron difícil, pero hicieron de la sociedad un sitio en el que poder vivir. Fueron muchísimas, pero nos han llegado unas pocas.

Tal y como dice Pedro del Hierro en ‘Vestir es Soñar’: “Los diseñadores españoles son igual de buenos que los europeos, pero, indudablemente no contamos con los mismos medios; ni una industria que nos apoye, ni grandes empresarios detrás”. ¿Crees que en la actualidad sigue ocurriendo lo mismo que entonces?

Por supuesto que sí. España tiene unos creadores increíbles. Tan solo tengo que mirar hacia atrás. Y con una vista en el futuro lo que vendrá si les dan la posibilidad. Miro a Juan Vidal y veo una mezcla perfecta entre Balenciaga y Moschino, todo perfecto, tan actual; o a Ana Locking, con esos ideales que cada vez que nos los presenta hace que reflexionemos. España está llena de talento y en este libro tan solo hay unos pocos porque era imposible meterlos a todos, pero van a seguir saliendo. Tan solo darse una vuelta por el Cibelespacio y mirar a Corsicana, que me encanta su filosofía; o Guillermo X, que viene pisando fuerte al igual que Ernesto Artillo y lo que hizo hace unas semanas en el centro de Madrid con esa ropa de las pateras. Son muy importantes las lecciones de nuestros creadores.

Adolfo Domínguez

En toda esta interesante trayectoria sobre la que escribes, hablas de como el diseñador David Delfín “representa como ningún otro la llegada, con el nuevo milenio, de una hornada de jóvenes creadores que empezaron a concebir la moda como un arte multidisciplinar”. ¿Crees que David Delfín supuso un punto de inflexión en la moda, tal y como la conocemos ahora?

David fue el todo en un momento muy necesario porque sembró el caos en una sociedad que no sacaba todavía la cabeza de debajo de la tierra. Su llegada a la moda con aquella primera colección fue de lo más polémica y de ahí al futuro jamás nos defraudó. Y tocó todo lo que podía, siempre con un trasfondo de conciencia social y contando una historia, haciendo que nos emocionáramos con su moda. Yo estudié diseño por él. Veía su ropa y me maravillaba esa capacidad de crear y concebir el mundo tan única. Y a muchos les sigue pasando, porque voy a los desfiles y veo miles de referencias a él. Muchas veces salgo de ahí pensando que eso ya lo hizo David. Es muy triste porque dejamos pasar a creadores únicos como él y nos morimos por gente internacional que ya tienen voz. Y a los que tenemos aquí a veces se la quitamos.

David Delfín

La mayoría de los diseñadores que mencionas en tu libro, hablan de una mujer independiente y empoderada, ¿fue esa idea de mujer fuerte y valiente, la inspiración de estos artistas a seguir luchando y conseguir el camino de éxito que lograron?

Pues la verdad es que todos comparten esa visión, pero no sé si ellos lo saben. Al final cuando creas tú defiendes tus ideales y enseñas una parte íntima a los demás. Cada uno a su manera, porque la idea de mujer de Adolfo Domínguez no tiene nada que ver con la de María Escoté o Sybilla, pero todos tienen ese punto de luchar y de activismo que es muy importante. Porque debemos luchar por que las cosas cambien y la moda, el arte y cualquier disciplina artística son imprescindibles en esta lucha de todos.

Carmen Mir

Finalmente, me gustaría terminar con una pregunta sobre una hipótesis que me llamó la atención. ¿Por qué acusas a Inés Suárez de Plasencia en ser la primera mujer en adoptar los pantalones como prenda femenina?

Seguro que hay alguna antes. No te voy a decir que no, pero todo el mundo habla de Juana de Arco y pocos conocen a Inés. Al final, hace muchísimos años, ella decidió subirse a un barco y emprender una misión que no era la habitual. Y luchó, vaya que si lo hizo. Hay que conocer esas historias. Yo no lo hacía hasta que leí Inés del alma mía de Isabel Allende y me pareció tremenda. Pero seguro que hay más y mucho antes, no seré yo el que rebata esa teoría. Y ojalá alguien venga y me diga “oye, pues mira, no, porque esta lo hizo antes”. Me encantaría conocer esas historias.