El empoderamiento de la vida cotidiana, la belleza imperceptible y la imperfección. Te mostramos el trabajo de esta fotógrafa callejera.
Entramos en la web de Cristina Alonso, el otro lado del objetivo de Bambinomuere, donde reza: «El mundo solo existe en tus ojos. Puedes hacerlo tan grande o tan pequeño como quieras » – F. Scott Fitzgerald. Aferrándose al novelista estadounidense, por su parte, la fotógrafa ha decidido hacer grande la vida cotidiana y la forma en que la luz y los colores transforman las cosas. Cristina es de esas personas que encuentra la belleza donde no todos la ven, capturando sensación de atmósfera de ensueño donde, la mayoría de las ocasiones, se deja cautivar por los tonos pastel.
Podemos palpar su predilección por las personas mayores en su fotografía. Siempre los captura sacando su lado más auténtico, tal y como son, desprendiendo magia en las miradas que se predicen experimentadas. Desde casas de cuento, a carruseles de personas, pasando por fotos del hogar de pueblo, he de reconocer que mis fotografías favoritas son las recogidas en la serie ‘Candy Beach‘.
En esta serie se buscan sujetos atractivos en el contexto de una playa sobre saturada. Los personajes no posan, no llevan make up ni peluquería, y tampoco se exponen delante de un atrezzo. Simplemente, son señoras que disfrutan de un concurrido verano en Benidorm, en el que Cristina ha potenciado el color pastel para crear un mundo de fantasía. Una estética muy Almodóvar – playera que explora la realidad de la imperfección y le espontaneidad.
Con el mundo de la moda como profesión, Cristina parece buscar con su proyecto personal salirse de los cánones de belleza. No buscar lo preparado, lo estudiado al milímetro ni, muchísimo menos, físicos esculturales. Esto es una oda a la arruga, a la naturalidad, a la vida. A esas señoras maravillosas que, aún con sus 80 y largos, no pierden la ilusión por pintarse los ojos con sombra azul klein para conquistar las calles.
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