¿Qué hay de nuevo? La columna de Estel Vilaseca para VEIN.ES
A veces el cambio llega con el vuelo de una falda. En su nueva propuesta para Loewe, J.W.Anderson vuelve a sorprender con una colección que incluye livianos vestidos de seda que levitan en el aire. Semi-transparentes y estampados con flores, una ligera crinolina ofrece la sensación de que las faldas quieren alzar el vuelo. “La tela parece flotar sobre la prenda. Tienes la estructura, pero después tienes la idea de que algo está en movimiento (…) Entonces tienes al cuerpo moviéndose, o el cuerpo que parece que, de alguna manera, está flotando” explicó el diseñador tras el desfile. El efecto es hipnótico y refrescante. Nadie como él para partir de una referencia historicista e interpretarla de una forma nunca vista. Ahí están también las camisetas forradas de plumas con la cara de Mozart o Manet estampada.
Como ya es habitual en sus presentaciones, no faltó la nota “artística” que ofrecía algo de subtexto. Una escultura firmada por Tracey Emin de una “rara avis” encima de un poste ocupó el centro de un enorme espacio blanco y cilíndrico (¿os acordáis que también vimos movimientos circulares en Alaïa?). El pequeño pajarito nos anima, según la nota de prensa, “a imaginar su vuelo inminente, y por último, su libertad”. La colección es también un canto a la flexibilidad: “las siluetas llaman la atención sin exigir espacio: doblegarse, rebotar, fluir en las curvas (…) como caer dentro y fuera de un sueño”. Parece claro que el día que J.W.Anderson se canse de la moda, hará como Lang y Margiela y, de un salto, se adentrará en el mundo del arte.
“Tal y cómo está el mundo, con un futuro tan incierto, si pones aire y transparencia al conjunto, podría existir la posibilidad de esperanza” explicó Rei Kawakubo, directora creativa de Comme des Garçons, parafraseada por su marido y socio, Adrian Joffe, sobre su nueva colección. Aunque la diseñadora japonesa defiende que la moda no es arte, sus diseños abstractos son, sin embargo, un vehículo para expresar ideas importantes. Tras una colección previa que tituló “Anger”, con esta nueva entrega llamada “Uncertain Future”, ofrece un cierto halo de esperanza. En esta ocasión regresa a una colección de piezas escultóricas y crípticas para evolucionar hacia conjuntos que no abandonan los volúmenes pero que con sus texturas espumosas se vuelven mucho más ligeros y volátiles.
La liviandad y la transparencia también han estado presentes en la nueva colección de Cecilie Bahnsen que se ha inspirado en las fotografías de montañas nevadas con nubes que parecen de algodón de su fotógrafo y colaborador habitual, Takasji Homma. La diseñadora nórdica ha llenado sus prendas, entre las que se incluían las de su nueva colaboración con North Face, de Diphylleia gratis, unas flores que habitan en las montañas de Asia y Estados Unidos que en contacto con la lluvia sus pétalos se vuelven transparentes. Aunque el punto de partida ha sido las posibilidades expresivas del papel, Satoshi Kondo también ha servido una buena ración de texturas vaporosas y translúcidas en su nueva colección para Issey Miyake.
Kunihiko Morinaga, el diseñador detrás de la firma vanguardista AnRealage, llenó, literalmente, sus prendas de aire. Lo ha hecho gracias a la colaboración con Hiroshi Ichigaya, inventor de prendas con aire acondicionado incluido para sobrellevar las altas temperaturas que llevan ya una década causando sensación en Japón. Morinaga abre también una pregunta: ”¿Cómo es el viento?” al mismo tiempo que sus prendas se hinchan gracias al aire como globos mutando hacia volúmenes y siluetas inesperadas. Da la sensación de que de repente, las modelos vayan a alzarse del suelo flotando.
Parece que el realismo mágico ha llegado para romper el tedio.
