Las Hermanas Prerrafaelitas, de musas a creadoras

05 / 11 / 2019
POR Estela Gómez

Inmortalizadas como Ophelia, Lilith o Venus,  las mujeres que posaron para los artistas del movimiento son las únicas protagonistas de la exposición organizada por la la National Portrait Gallery de Londres.

Flora de Evelyn de Morgan

 

El movimiento Pre-Rafaelita nacía en Inglaterra a mediados del siglo XIX. Sus componentes se oponían a las establecidas normas académicas victorianas con la intención de iniciar una revolución en el arte; una vuelta a lo natural tomando como referencia el Renacimiento italiano de los siglos anteriores.

Querían representar la realidad tal y como era, y por ello recurrían a modelos femeninas que se ajustaran en cuanto a su físico con aquello que querían transmitir. Siempre mujeres cercanas a ellos : sus esposas, amantes, musas…  Conocidas por sus rostros pero sin que su voz se escuchara. Ocultas por las figuras masculinas del movimiento británico, a las mujeres que contribuyeron se las negó el reconocimiento que merecían por su condición de mujeres. Ahora, esta exposición las saca del segundo plano para otorgarles todo el protagonismo que merecen, explorando su contribución al movimiento, así como recopilando obras hasta ahora nunca vistas.

Ahora, la National Portrait Gallery de Londres abre sus puertas a la exposición Pre- Rafaelite Sisters, desde el 17 de octubre de 2019 al 26 de enero de 2020, en donde 170 años más tarde se descubren a las mujeres que había detrás de las pinturas y su influencia en el desarrollo de futuras etapas del prerrafaelismo de 1850 a 1900.

Femme fatale, cabellos rojos, ojos fijos en el espectador y un aura enigmática que las rodea. Así es como recordamos los cuadros de este movimiento artístico británico. Jan Marsh, experta en el periodo victoriano y en particular la época Pre-Rafaelita además de conservadora de la exposición,  las describe en su libro Pre-Raphaelite Sisterhood como «silenciosas, enigmáticas figuras pasivas. No son individuos involucrados en un actividad sino objetos que son observados por el pintor y el espectador»En la exposición se otorga un nuevo punto de vista al movimiento, sacando a la luz obras nunca antes vistas entre las que encontramos textos, pinturas, escultura y fotografía. Las “musas” pasan a ser creadoras.

Hasta hace poco la ambición femenina ha estado mal vista, y aun así, a día de hoy el hecho de que una mujer quiera ser exitosa sigue siendo cuestionado continuamente.Es por ello que no sorprende el hecho de que los trabajos de estas mujeres fuesen tapados y se quedaran en el olvido,  y los nombres más sonados del movimiento fueran los de sus compañeros masculinos.

Elizabeth Siddal de pelo rojo y piel pálida, es posiblemente la más famosa de todas, siendo mayormente conocida por sus posados es obras icónica como Ophelia (1851) para Millais, y siendo admirada por Rossetti, quien más veces recurrió a ella como modelo. En su corta vida realizó una gran variedad de acuarelas y dibujos, pero una única obra a óleo; llegando a exponer con los Pre-Rafaelitas en Russell Place.

Se guardaron en secreto o fueron suprimidos de la historia los trabajos de mujeres como Joanna Boyce o María Zambaco. Boyce era hermana del Pre-Rafaelita George Price Boyce, y estudió y trabajó en Londres, París e Italia, siendo alabada por sus compañeros de profesión debido a su destreza con la pintura, pero eso no evitó que tuviera que luchar para que sus pinturas fueran aceptadas por la Royal Academy. Por desgracia, su carrera artística se vio truncada por su fallecimiento al dar a luz a su hijo. Zambaco por su parte se dedicó al arte desde joven, y a pesar de  ser conocida por su piel pálida y su cabello rojo oscuro, haciendo de modelo para diferentes artistas como Burne-Jones, Rossetti o Whistler, se formó como escultora junto a Auguste Rodin y Alphonse Legros, trabajando de ello en la década de 1880.

Jane Morris, mujer de William Morris es sin duda otra de las características del movimiento,  siendo retratada por el propio Morris y por Rossetti por sus rasgos marcados y su melena rizada. Tenía una amplia formación en música clásica y gran dominio del piano.

En los casos de Effie Millais y Georgina Burne-Jones, ellas mismas abandonaron sus aspiraciones, volcándose en que los que lograran la fama y el éxito fueran sus maridos. Georgina Burne- Jones dejó de lado la pintura con el nacimiento de su hijo, y tanto ella como Effie Millais se encargaron de ejercer como representantes de sus respectivos maridos así como hacer recuento de sus gastos. Esto ocupaba la mayor parte de su tiempo, prohibiendolas desarrollar sus carreras personales.

Conocida como una de las mejores hermanas Pre-Rafaelitas, en la obra de Marie Spartalli Stillman, prima de Maria Zambaco, encontramos el empoderamiento femenino. Zambaco, ella y su otra prima Agalia Coronio conocidas como «las tres gracias» ya que las tres era de descendencia griega. Stillman manejaba  diferentes técnicas y ámbitos creativos como acuarela o gouache, además de música y canto. Durante su carrera renovó su propio estilo mezclando diferentes técnicas a la hora de pintar, imitando el acabado del óleo, llegando a producir 170 obras. Dedicándose a la pintura dado su posición como mujer rompió los roles de género establecidos, negándose a dejar que simplemente se la conociera por su belleza, decidiendo a temprana edad que quería dedicarse completamente a la pintura.

La diversidad llegó de la mano de Fanny Eaton. Su tono de piel negra rompió los esquemas de la pintura europea en donde las mujeres retratadas eran en su mayoría blancas. De madre jamaicana, padre británico y madre de diez hijos, sus posados representaba pasajes bíblicos dando más veracidad a los hechos. Se convirtió en modelo profesional, extraño en la época para una mujer casada, pero ella fue pionera en utilizar su etnia para forjarse una carrera dentro del mundo del arte.

Sin embargo, Evelyn de Morgan fue la que obtuvo mayor reconocimiento en su época. Para finales de siglo ya era una de las pintoras más conocidas, llegando a ponerse al nivel de artistas masculinos como Edward Bur. Consiguió estudiar arte a pesar de lo difícil que era para una mujer en aquellos tiempos, llegando a exponer en Londres, en Grosvenor Gallery y Dudley Gallery. Ella y su marido tenían una gran obsesión por el espiritualismo llegando a publicar un libro con escritura automática.

El pájaro de Dios. Joanna Boyce. 1861.

 

El Bosque Encantado. Elizabeth Eleanor Siddal. 1856.
Elizabeth Siddal como Ofelia. John Everet Millais. 1852.
El Ángel con la serpiente. Evelyn de Morgan.1870.
Fiametta cantando. Marie Spartarli Stillman. 1879.
Fanny Eaton por Joanna Boyce.1831-1861.
Noche y Sueño. Evelyn de Morgan. 1878.