5 libros para apoyar la causa indígena en Acción de Gracias

25 / 11 / 2021
POR Alicia Medina

Justicia, reparación y respeto por la naturaleza y las tradiciones son algunos de los temas en los que se centran estos libros que apoyan las reivindicaciones indígenas. 

Foto: Robin Wall Kimmerer

Según la leyenda, Acción de Gracias se celebra en recuerdo del primer banquete que los peregrinos británicos compartieron con los Wampanoag, como agradecimiento por la ayuda que habían recibido de este pueblo nativo para sobrevivir a su primer invierno en tierra extranjera, pero se olvida de mencionar la persecución y el exterminio de los pueblos indígenas que ocurrió después. Por eso, para los nativos norteamericanos, el Día de Acción de Gracias es un Día Nacional de Luto y, ahora que en nuestro país también se ha puesto de moda comer pavo asado y salsa de arándanos antes de ir de rebajas al Black Friday, nos queremos unir a su reivindicación leyendo cinco libros que tratan la causa indígena. 

 

‘Una trenza de hierba sagrada’

 

Robin Wall Kimmerer es escritora, científica y transmisora de su herencia Potawatomi. En “Una trenza de hierba sagrada” (Capitán Swing), combina su saber científico con las tradiciones indígenas para transmitir el respeto por la naturaleza y mostrar el camino a seguir para evitar el desastre ecológico.

El libro comienza con el mito de la Mujer Celeste, la jardinera ancestral de su pueblo, que creó una tierra hermosa para todas las criaturas, y lo contrapone a la Eva católica, expulsada del paraíso y obligada a vagar por una tierra yerma. Esto es interesante, porque nuestros mitos fundacionales configuran la forma en la que vemos el mundo: no es lo mismo educarse en una cultura que considera la naturaleza como un regalo y al ser humano como el hermano pequeño de la creación, a creer que el hombre (no la mujer) es el rey la tierra y que la naturaleza es un lugar hostil que se debe modificar.

El problema es que el pensamiento liberal de los pueblos católicos fue el que se impuso, aunque para ello tuvieron que destruir otras culturas, acabando con sus idiomas, sus tradiciones y tomando sus tierras. Kimmerer habla de este dolor de su pueblo por los desplazamientos forzados y la persecución de sus tradiciones, pero también de la fuerza con la que han protegido su cultura y mantenido su identidad.

Frente a la economía de mercado, los pueblos indígenas proponen una economía de dones: los bienes privados convertidos en riqueza común, lo que implica no pagar por ellos, pero sí responsabilidades y reciprocidad: hemos tomado mucho de la tierra y esto nos ha hecho contraer una deuda con ella, de gratitud, pero también de compromiso con su cuidado y conservación.

 

‘Mujeres indígenas en defensa de la tierra’

Algunos de los movimientos ecofeministas más fuertes se encuentran liderados por mujeres indígenas y esto se explica porque su cultura, al contrario que la occidental, reconoce el valor de todos los seres vivos y el respeto a la naturaleza. Además, estas mujeres, cuyo sustento depende muchas veces de la tierra, se ven perjudicadas directamente por la destrucción del territorio, por lo que su defensa se vuelve esencial para ellas. 

En su libro “Mujeres indígenas en defensa de la vida” (Ediciones Cátedra), Aimé Tapia González se centra en estos feminismos indígenas, basados en la idea de que el desarrollo no es posible sin una protección de la biodiversidad y una eliminación de las tradiciones y estereotipos que oprimen a las mujeres, y complementa su análisis con testimonios de mujeres indígenas que reflexionan sobre sostenibilidad, justicia social e igualdad. 

 

‘Nirliit’

Durante generaciones, los inuit vivieron, amaron y murieron en paz sobre el frío hielo de la tundra; no se trataba de una vida fácil, pero eran libres y dueños de su propia tierra. Sin embargo, el capitalismo y el colonialismo llegaron para arrebatarles sus tradiciones y recursos, condenando a su población a la violencia, la pobreza y a las adicciones. ⁣

Estos habitantes del ártico ya no necesitan cazar para alimentarse —tienen un Kentucky Fried Chicken en cada esquina y toda la Coca-Cola que puedan beber—, pero el trabajo escasea y solo cuentan con el alcohol y las drogas para llenar las noches interminables y gélidas del invierno y los días sin fin del verano.⁣

En Salluit, región en la que transcurre el libro Nirliit, de Juliana Léveillé-Trudel (Editorial Barrett), la muerte forma parte del día a día de los inuit: se encuentra en las carreteras heladas, en los ojos de los jóvenes sin futuro, en los embarazos no deseados, en cada niño desatendido, en las mujeres envejecidas prematuramente y en los puños de los maridos alcohólicos. ⁣

Pero en Salluit también existe el amor, la esperanza y una belleza que hace que la protagonista vuelva cada verano —igual que las ocas (nirliit, en el idioma inuit), que viajan en los meses cálidos al nunavik (el gran territorio) y vuelven al sur en invierno—; aunque cada año tenga que lamentar nuevas pérdidas mientras contempla la belleza del fiordo, que tantas víctimas de la violencia esconde en sus aguas cristalinas.⁣

 

‘La historia indígena de Estados Unidos’

Historiadora, escritora y activista por los derechos de las personas nativas americanas, Roxanne Dunbar-Ortiz desafía el mito fundacional de Estados Unidos y destapa su pasado y presente colonialista e imperialista en el libro ‘La historia indígena de Estados Unidos’ (Capitán Swing).

En su análisis, la autora no se olvida de la sangrienta conquista europea, pero considera que los Estados Unidos también perpetuaron un genocidio con los pueblos nativos tras su independencia, solo que este ha sido banalizado y reducido a una nota a pie de página: en parte debido a la imagen de los “indios” difundida por los wésterns y a las justificaciones del exterminio de escritores como James Fenimore Cooper (“El último mohicano”) o del poeta Walt Whitman, pero también porque la destrucción de estos pueblos no solo fue por la fuerza, sino que se emplearon otros medios como la cultura, la educación, la asimilación y la discriminación social. 

Una forma de actuar que, para la autora, ha sido replicada en la actual política exterior llevada a cabo en Estados Unidos, muy basada en el poder militar, la fuerza y en otras prácticas de asimilación, y en su actitud ante los inmigrantes de países como México, a los que criminaliza, al mismo tiempo que explota en empresas que buscan mano de obra barata y sin derechos. 

 

‘Si’ahl / Ted Perry: Cada parte de esta tierra es sagrada para mi pueblo’

En 1854, el entonces presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, hizo una oferta a los Swaminsh a cambio de sus tierras, comprometiéndose a crear una reserva para el pueblo indígena en ellas. La respuesta del jefe Si’ahl (más conocido como Seattle) ha pasado a la historia como uno de los discursos más bellos en defensa de la naturaleza y ha sido un símbolo para el movimiento ecologista desde los años 70. 

La edición ilustrada de la editorial Akiara recrea una de las versiones más fiables de un discurso en el que Si’ahl asegura que la tierra es sagrada, que no puede comprarse ni venderse, y pronostica la extinción del hombre blanco si sigue contaminando su entorno, tomando todo lo que quiere sin respetar a sus hermanos los animales ni al agua cristalina que corre por los ríos ni al aire que le da el aliento.