La firma nace en París, pero tiene alma y esencia peruana. Sus fundadores, Paulo y Roberto Ruiz Muñoz, regresan a su hogar y exponen un recorrido de todas sus colecciones. Hablamos con ellos.
“Revalorizando la identidad peruana” y abrazando sus orígenes, los gemelos Paulo y Roberto Ruiz Muñoz tienen claro que hay “una esperanza dentro de la adversidad” y buscan trasladarlo con su firma: D.N.I. De Casa Grande a París ofreciendo una visión llena de color, así como conciencia. La marca fundada en 2019 fusiona artesanía con cultura popular, y apuesta por una mirada al pasado pero sin perderse el presente o anticiparse al futuro.
El D.N.I de la marca está lleno de “frases escondidas, con un sentido mucho más lejano de lo que una persona puede leer”, señala Paulo. Bajo su nueva colección titulada ‘El Mercado de mi Infancia’, la firma presenta su primera propuesta 100% hecha desde Perú. Asimismo, se propone como un epílogo a anteriores colecciones, siendo ese mercado que recoge todo lo que hay en una ciudad, su distrito, Casa Grande.
Conoce los recuerdos y sensaciones de los diseñadores, así como la que será la Casa D.N.I en #VEINDIGITAL:
¿Cuáles son los valores de D.N.I?
Paulo: Nuestro principal valor es tratar de convivir con el mundo, meter los principios ecológicos en lo más alto en la creación. No solo pensar en cómo crear una prenda, sino reflexionar sobre el impacto que tiene hacia al planeta. También buscamos revalorizar nuestros orígenes. Nos dimos cuenta de que en Perú hay muy pocos diseñadores de moda masculina o genderless que revalorizaban esta identidad peruana.
Roberto: También existe mucho valor sentimental, Paulo pasó tres meses rehaciendo nuestra casa de la infancia para acoger a las costureras de la ciudad. Dando de esta forma esperanza y enseñando que un distrito como es Casa Grande se pueden hacer prendas que se pueden exportar. También le damos ese valor artesanal a la marca, nace de aquí, pero puede llegar hasta París. Podemos ayudar a nuestro distrito a crecer y darle un mayor impulso cultural.
¿Cuál es el espíritu real de ‘Casa Grande’?
Paulo: El espíritu real de Casa Grande son sus colores y su gente. Son personas abiertas, risueñas…Todo es muy familiar. Es un distrito muy pequeño, entonces todos se conocen. Aunque no conozcan la moda o el diseño, porque están muy lejos de estas preocupaciones, siempre quieren apoyar. Están contentos de que mostremos esa parte de Casa Grande. Además, en distritos de Perú hay veces que se han olvidado de que tienen una historia y algo fuerte que contar. Visibilizar realidades de este Perú lejano, es dar visión de estas personas.
Roberto: Exacto, tienen una esencia muy luchadora. A veces se dice que ya no hay esperanza o no se tiene mucha fe, pero creo que con este tipo de iniciativas son un gran motor e ilusión para distritos como este. Normalmente se centran en Lima, cuando ocurren eventos como este le dan fe y le renuevan este espíritu luchador y lleno de talento.
La colección ‘El Mercado de mi infancia’ recalca “una esperanza dentro de la adversidad”, ¿De qué manera se refleja en las prendas?
Paulo: Creo que nuestras prendas tienen nostalgia, pero también tienen mucho color y se sienten emociones muy especiales. Con estos tonos también queremos transmitir un sentimiento de que todo irá bien. Por otro lado, solemos poner frases que reivindiquen o hagan crítica. En la última colección pusimos una frase escondida que decía “agua para todos”, porque hay un gran problema en Perú con esto, existen algunas partes de este país que no tiene bien distribuida el agua. Asimismo, también ponemos frases como “quiéreme” o “no llores, todo irá bien”. Frases escondidas, pero con un sentido mucho más lejano de lo que una persona puede leer.
Presentáis esta colección como epílogo de las anteriores. ¿Cómo veis el recorrido hasta ahora?
Paulo: En el mercado se encuentra todo. En nuestra primera colección se llamaba ‘A ti Perú’, la segunda era ‘La bodega de mi barrio’, esta bodega la encuentras en el mercado. Mientras que la tercera se llama ‘Volver’ y la cuarta era ‘Mi bisabuelo era sastre’, los sastres también están en el mercado. La siguiente colección fue ‘Mi ciudad natal’ y esta viene a ser la ciudad natal del mercado de mi infancia. En definitiva, el mercado reagrupa lo que es toda la iconografía que venimos trabajando desde el comienzo de nuestras colecciones. Prácticamente es la concentración de todo lo que hablamos, de la bodega, del sastre, de la nostalgia, del pasado, de lo que queremos que sea el futuro, de esperanza… Eso es lo que queremos que sea el mercado.
Roberto: Este es el último punto de Casa Grande que nos permite crear una colección, seguramente luego serán otro tipos de puntos pero ha sido todo un recorrido. Hemos trabajado distintas perspectivas de nuestra ciudad natal, terminar en este punto de encuentro nos pareció lindo y que nos traía muchos recuerdos, emocionales y mentales.
¿Cómo ha sido el proceso creativo?
Roberto: Esta colección es la primera vez que se trabaja desde el propio Perú, pero antes hemos pasado meses recopilando fotos que teníamos, y toda la iconografía que queríamos mostrar. Luego vimos que Paulo tenía que captar más contenido, y esta vez fue él quien pasó los 3 meses recopilando. Luego a distancia hemos trabajado igualmente. Al final, esta ha sido la primera vez que trabajamos una colección a separados, estando yo en París y Paulo en Perú.
Paulo: Llegué a Casa Grande con dibujos y con las primeras ideas, así como algunos estampados. Pero era demasiado importante para mí, establecer conexión desde Perú. Pensarla, vivirla y por eso me fui a vivir por 3 meses. Quería sentirme y vivir como un grandino. Seguir buscando iconografías, salir a la calle y tomar fotos de los colores, hablar mucho con la gente… Ese ha sido un verdadero trabajo para mí, me encantó hablar con la gente y ver si estaba desconectando, porque creo que como creativos es importante crear esa conexión. Lo que no quería hacer es estar desconectado de la gente, sino vivir como ellas, ver el problema cotidiano de la gente y también sentir la esperanza de la gente. Además, no me fui a vivir como podría vivir ahora, lejano y en la capital. Quería vivir como en la época, en mi misma casa de infancia. Por este motivo, llegué pinté y remodelé lo que será nuestro nuevo proyecto: La Casa D.N.I.
Como señaláis, Roberto estabas en París y Paulo en Perú, ¿cómo ha sido trabajar separados?
Roberto: Ha sido un poco frustrante para mí realmente poder seguir con la colección y tratar de pilotarla junto a Paulo de lejos. Al final no es fácil, siempre queremos tocar, ver los colores bien y no por fotos porque no es igual. Aun así, creo que como somos gemelos tenemos una conexión muy particular y una confianza muy grande el uno al otro. Además, si me quedé aquí es porque estamos haciendo otros proyectos bastante amplios que ya vienen y no vamos a parar la colección.
Antes de que Paulo fuera a Perú ya teníamos bastantes pautas súper definidas y luego diariamente lo veía a él. Lo que son las ideas globales ya las teníamos desde aquí, desde que se fue digamos, entonces él ha seguido empujando más lejos el concepto y trabajando desde el centro. Esto era muy importante, porque no queríamos estar desconectado desde aquí en París y solo llamar o ver desde lejos, era importante para nosotros volver y regresar encima con toda esta fuerza a Casa Grande. Este sí que ha sido un sueño, poder regresar hasta nuestra ciudad natal para poder crear esta nuestra casa de donde será la nueva temporada. Hemos decido volver y trabajar desde allí, y no desde aquí de París. Vamos a rotar, la próxima vez iré yo a crear y a estar ahí desde dentro, metiendo cabeza.
¿Cómo va a ser la Casa D.N.I?
Paulo: La casa DNI va a ser el ADN de la firma, prácticamente se puede decir un poco así, va a ser la casa que va a reagrupar toda nuestra esencia y justamente como dice Roberto hemos adquirido la casa prácticamente donde hemos vivido. En ella va a reagrupar todas nuestras ideas creativas, vamos a trabajar ahí nuestras colecciones y queremos también que sea a largo plazo un lugar donde podamos hacer algunas conferencias. Así como un lugar cultural y un sitio de reunión, donde amigos y diseñadores que se interesan en el arte o en general puedan conversar, intercambiar ideas y ver qué se puede hacer. Un espacio donde avanzar también en el diseño, revolucionar este el mundo desde dentro, como diseñadores, como gente creativa o gente qué tiene una pasión por cambiar las cosas, por verlas diferentes.
También tendrá una parte de exposición de ropa, donde podemos ver a nuestros clientes directamente. Es muy raro encontrar una marca que esté fuera de Lima y sabemos que hay poca gente que va a llegar hasta Casa Grande porque está a casi 8 horas de la capital, pero la gente que se atreverá ir hasta allí creo van a vivir una experiencia increíble. Podrán tocar las prendas, hablar con nosotros, ver de qué lugar salen las piezas, cómo están hechas y cuál es el proceso creativo realmente, desde el moodboard hasta la costura.
¿Cuáles son los materiales principales de la propuesta? Y ¿cómo es vuestra producción?
Paulo: La última propuesta es 100% natural, destacamos la baby alpaca, qué es una de las fibras que a nosotros más nos gustan porque este tipo es una fibra peruana y la trabajamos con una empresa que tiene certificaciones y tradicionales. También tenemos algodón, que tiene un proceso de teñido natural con un artesano en Túcume que trabaja con productos naturales como el maíz morado, la cúrcuma y otros productos. Asimismo, en la colección hemos apostado por el punto cruz, que viene a ser un bordado a mano, pero igualmente con hilados de algodón. Entonces respecto a la colisión realmente todo es natural, no hay parte sintética, no estamos de acuerdo con ello.
Acompaña Roberto: Cabe destacar en esta colección que hemos ingresado los teñidos de la mano de un referente: Julián Bravo. Es un luchador nato que mantiene la tradición aun cuando la ciudad entera cambia y se llena de plásticos. Un referente de artesanía, así como de pintura natural. Se trata de un orgullo poder haber trabajado con él, porque la manera de manejar el agua tras el teñido es un problema muy grande en la industria. Nosotros tenemos presente esto, no solo pensamos que tiene que ser bonito, nuestra mente busca que la industria avance y sea más transparente, más paralela y más consciente. Y gracias a este tipo de artesanos podemos conseguirlo.
Siguiendo esa línea que están comentando lo de Roberto, ¿no creéis que eso también es un punto a favor en vuestra marca, esa conciencia y búsqueda de no crear tanto impacto medioambiental?
Paulo: Justo eso es lo que tiene nuestra marca, tenemos esa conciencia de decirte cuál es el impacto directo de una prenda. Por ejemplo, no tenemos stock, porque creemos que esto es uno de los mayores problemas de la industria y contra el planeta. Asimismo, cuando se hace una producción maximizada se produce una desvalorización y la gente ya no sabe un valor real. Detrás de esto hay un mal reciclaje, descontrol de materiales y sobre todo, explotación de mujeres en países como India o Pakistán.
Roberto: El Fast Fashion coge mucho espacio de la industria, sin embargo, el diseño está aplastado un poco entre eso, nos encontramos con una nueva reflexión: consumir menos pero mejor. Más allá de los materiales tenemos que tomar en cuenta lo humano. Para nosotros esto es muy importante como marca, por este motivo, en vez de sacar quizás 10 temporadas al año, solo sacamos dos. Así logramos frenar el consumo.
Se trata de la primera colección lanzada de manera física en París, con el marco de la Fashion Week, ¿qué os aporta esta experiencia?
Paulo: Nos aporta un visión moderna y grande, así como visibilidad hacía las marcas. Otro aspecto que nos gusta de este lanzamiento es este acercamiento con la gente que pasa, ven nuestras creaciones y cómo se puede introducir también en sus tiendas porque eso es interesante. Al final, la moda es una industria global que tiene que subsistir, es una empresa y la Fashion Week te trae hacia eso. Hay que buscar tiendas que guarden tu concepto sin que cambie. La semana de la moda es foco muy grande y amplio para crecer, vienen firmas de Japón, Alemania, Londres…
Roberto: Estamos súper felices, primero por participar en la ciudad que prácticamente come de moda. También es verdad que hay una exigencia mucho más grande, así como una comparación. En la Fashion Week éramos los únicos latinoamericanos, ofrecíamos mucho color, formas y estampados. Queremos ofrecer en este escaparate un gran acercamiento a Perú, un renacimiento, ya que hay representación de países como Colombia o México. Buscamos transmitir nuestros valores, cultura y esencia. En la Fashion Week queremos no solo exponer el concepto de diseño y llevarlo hasta las tiendas, también exponer la importancia de los materiales como la alpaca o el algodón.
Descubre más sobre la firma D.N.I en su página web
_