El regalo envenenado de ser una cheerleader

19 / 12 / 2015
POR Sara Barahona

Ejercer de Cheerleader supone ser deseada por muchos hombres y envidiada por otras tantas mujeres. Implica ser guapa, tener una bonita figura, una buena melena y ser poseedora de una poderosa sonrisa. También conlleva mucho esfuerzo físico, gran inversión de tiempo y energía y, en la mayoría de los casos, llevar a cuestas un estigma sexual.

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Hace unos días corría por la red la noticia de que las Cheerleaders de la NFL (National Footbal League), a pesar de toda su dedicación al equipo y su empeño por mejorar la imagen de la marca, ejercen como voluntarias. Es decir, sin cobrar nada en una industria que mueve millones y millones de dólares. Por eso, ahora han comenzado su propia batalla por la conquista del sueldo mínimo.

Ya en los años 70 la artista feminista Judy Chicago ponía evidenciaba esta situación con un experimento titulado CUNT (coño en español). Con él no solo denunciaba la cosificación de la mujer sino también el paradójico esfuerzo de rebajarla por vivir libremente su sexualidad, reduciéndola en ambos casos a un objeto.

judy chicago

Fue esta misma imagen que circulaba por internet la que inspiró a Kathyrn Ferguson en la creación de una pieza que le encargó Nick Knight para ShowStudio con motivo de la exposición e el MET, ‘Punk: Chaos to Couture’. Cuando le dijeron que debía hacer un film en cuyo centro se situara el punk, lo primeró que pensó fue en la protesta y en la identidad femenina. La foto de Judy Chicago de las cheerleaders formando la palabra C-U-N-T con las letras dibujadas en cada uno de sus jerseys le pareció unas de las cosas más punkis que había visto. «Decidí reapropiarme de ese enfoque pero orientado hacia la hipersexualización de las mujeres en la música moderna y en la moda», explicó en una entrevista.

En #VEIN5 hablamos con Kathyrn Ferguson de la reciente rearticulación de la cultura audiovisual en torno a los clásicos modelos estéticos. Muchos se preguntan cuál es el verdadero motivo de estas novedades, ¿intereses de mercado o cambio de mentalidad? Para KATHRYN, “el motivo principal de estos avances ha sido internet. A través de la red, el feminismo y el movimiento LGBT se han podido difundir sin límites por todo el mundo, lo que ha permitido hacer mayor presión sobre el orden establecido”. ¿Significa eso que se avanza hacia una sociedad más libre e igualitaria? “Que estos cambios sean reales o no depende de cada país, de los derechos sociales, de la ciudadanía, de las mujeres y de los activistas. Para motivar este tipo de transformaciones, las redes sociales son fantásticas, pero no se puede esperar que esa evolución se dé de la noche a la mañana. Hay que cambiar una forma de pensar y eso lleva su tiempo. Esperemos que la reciente legalización del matrimonio gay en los Estados Unidos provoque un efecto dominó”.

¿Ayudarán estos cambios a que las animadoras conquisten sus derechos? ¿Dejará, por el contrario, de ser un sueño aspiracional convertirse en una cheerleader?