Future of Fashion: El diseñador como creador de futuros. La audiencia como dictadora de sentencias.

07 / 01 / 2025
POR Ionela Bona

Aquí os dejamos nuestras claves sobre la tercera edición de Future of Fashion.

“Estamos en el lado Bueno de la historia”, esclarecía Patricia Moreno Barberá en la presentación de la tercera edición del congreso sobre moda y sostenibilidad, tras posponer la fecha unas semanas, por la Dana que anegó Valencia. Future of Fashion cuestionaba quién tenía la culpa, si el consumidor o el sistema que obligaba al consumidor a ser así. Parece que comenzamos a entender el camino y los cambios necesarios en la industria. El diseñador del presente está generando el futuro (y los no futuros) con su forma de trabajo.

Román Iglesias, fundador y CEO de Murph empezaba así su sustancial charla: “Nos han hecho distraernos obligatoriamente porque somos mucho mas fáciles de controlar, entonces quizá la industria de la moda, que es la mas Avant-garde de todas, tenemos el objetivo de entenderla, saber si queremos jugar las reglas y en caso de no querer jugarlas, por lo menos generar un proyecto sostenible.” Su mensaje resuena con fuerza: hoy, la gran crisis es de la atención. Un concepto clave en un mundo donde las reglas del juego, marcadas por las redes sociales, están cambiando por completo el rumbo de la industria. Los grandes players han perdido el control, y los pequeños artistas, ahora empoderados por el acceso a las audiencias a través de las plataformas digitales, son quienes dictan las nuevas normas. Mientras que la publicidad tradicional, basada en medios convencionales, se enfrenta al riesgo de no llegar al público adecuado, las redes sociales han democratizado el acceso a la audiencia. Román lo dejaba claro: «Lo que te hacía feliz de niño, puede hacer feliz a otro. Se nos ha dado una voz».

Y es precisamente esa voz, la que se convierte en lo más valioso en este nuevo escenario donde las tiendas ya no son simplemente lugares para consumir, sino auténticos espacios de ocio. El estatus pierde terreno frente a una necesidad mucho más poderosa: la pertenencia. Un LVMH o Inditex lo encuentras en cualquier parte del mundo, mientras que un diseño de autor es algo limítrofe. Y es aquí donde entran las marcas independientes, que desde su ingenio y necesidad conectan genuinamente con ese  «monomass«, un concepto acuñado por Dazed and Confused en 2020 para describir a un consumidor que, sintiéndose especial, se da cuenta de que en realidad nadie es especial. Esto en una “época narrativa con efervescencia creativa, competitividad feroz, continua y extenuante”. Seguía el CEO de Murph: “Hay mucho miedo por no generar pregnancia o por ser la moda de un día”.

El miedo, la incertidumbre y los retos que parecen más grandes que uno mismo, es lo que empuja a la optimización del diseño por parte del diseñador. Y quién mejor para confirmarlo que Emily Oiyama, Head of sustainability de COS, que desde Londres nos comparte por videollamada los aprendizajes de su aventura por hacer de la firma un 76% más responsable con el medio ambiente. “Los métodos regenerativos enfrentan problemas de disponibilidad, tiempo y precio, pero los diseñadores son más creativos al tener menos recursos, lo que les lleva a tomar mejores decisiones sobre los componentes que utilizan”.

Por su parte, Paco Tormo CEO y cofundador de Singularu, exprimía sin tapujos en su ponencia que la caja es la principal preocupación al final del día, el cómo aprender a hacer las cosas antes de que alguien lo haga por ti y que los fallos invisibles son los que te generan problemas reputacionales por los que la gente se va en silencio: “si se te queja uno, seguramente cincuenta más estén enfadados por el mismo motivo”. Admite que ellos no venden un producto que “te tapa del frío o te da de comer”, es un deseo que deben saber encender en los compradores. De ese deseo también se habló en la mesa redonda que mencionaremos más adelante. Lo introducía Íñigo Picaza, fundador de Batera Brand asegurando de que hay que cambiar el discurso, hacerlo sexy para el consumidor y así se sienta parte de ello y no culpable. ¿Por qué la generación z es la más concienciada con el medio ambiente, y sin embargo es la que menos moda sostenible consume? Porque no es nada atractiva, es gris y es portadora de mensajes negativos.

Remitiendo de nuevo a Román: “Sostenibilidad financiera para trasgredir y permanecer y pregnar en el tiempo. Y la sostenibilidad ecológica es algo que debemos dar por hecho, como damos por hecho el buen diseño y las buenas prácticas en el entorno laboral”.

La mesa redonda en la que se abrió debate sobre varios temas, fue moderada por María José Pérez, periodista y creadora de DModa.io, contó con ponentes de relevancia en el sector: Ana Lorido, fundadora de LOGO; Daniel Sánchez, fundador de Cycle Platform; María Cano, CEO de Canussa LAB; e Íñigo Picaza, fundador de Batera Brand. Todos coincidieron en que el futuro de la moda está en manos de los diseñadores, quienes, a través de su creatividad y compromiso, son los verdaderos arquitectos del cambio. La audiencia, ahora más que nunca, tiene el poder de dictar las sentencias.

Daniel Sánchez no duda en que hacer ropa no es hacer moda, pero hacer moda es inherentemente hacer ropa. Que antes las marcas tenían que acostumbrarse al multicanal pero ahora han de aprender que el cliente es multimercado.

María Cano, por su parte, compartía que se habla mucho de upcycling y sostenibilidad, pero no de calidad, atemporabilidad o durabilidad (donde los diseñadores son clave). Reciclar debería ser el último paso.

Ana Lorido, explicando su sistema circular de alquiler de bolsos, desvelaba una verdad, el noventa por ciento de sus clientas utilizaban su servicio por el producto en sí, no porque fuese sostenible y duda mucho de que ese elemento fuese crítico a la hora de usarlo. A esto Íñigo respondió que ese debería ser el objetivo, que la sostenibilidad fuese parte del ADN, como un plus que se encuentra quien quiere saber más de la firma.

Para concluir, repasamos la última entrevista del día: la modelo y embajadora de NO MORE PLASTIC, Irina Lazareanu, describió las redes sociales como una «caja de Pandora». Sin embargo, fue precisamente el surgimiento de estas plataformas como espacios para visibilizar los problemas del planeta lo que la impulsó a convertirse en activista. La media es, sin duda, un arma de doble filo; lo vemos en la actualidad con la propagación de desinformación. Pero, al estar inmersos en la era de la ideología y con la mentalidad centrada en el individuo, estas plataformas se han convertido en un factor clave para el activismo. «Cuando las personas trabajan juntas, ejercen presión y logran cambiar las cosas» analizaba contundentemente Irina.

Hoy en día, las redes deciden si algo es válido o no. Pueden hacer viral una marca, pero también pueden destruir una carrera. Todos los ponentes coincidieron en el poder de este fenómeno. Y como Román mencionaba en la primera ponencia: «Diciendo la verdad nunca te equivocas».

El futuro de la moda está marcado por un cambio radical en las dinámicas de poder: los diseñadores, como creadores de futuros, están desafiando las normas establecidas y abriendo nuevas posibilidades hacia la sostenibilidad. En un mundo donde las redes sociales dictan las reglas y la audiencia tiene la última palabra, el compromiso con la autenticidad, la creatividad y la responsabilidad se convierten en los pilares de una industria que debe reinventarse para perdurar.

Casi nadie mencionó el término cambio climático, quizás porque a tan solo cuatro paradas de metro teníamos la cruda consecuencia y latente realidad de los efectos de este. Municipios que siguen con el polvo en suspensión que ha dejado a su paso el barro seco, los garajes inundados, los negocios cerrados. Todo un statement celebrar un congreso que versa sobre sostenibilidad en una localidad castigada por los efectos de precisamente las prácticas opuestas a ese principio.

 

Más información sobre Future of Fashion en su cuenta oficial @futurefashion.design