Hablamos con Antonia Giesen sobre su papel en ‘La jauría’

20 / 04 / 2021
POR Olaya García

Acompañamos la entrevista con ‘Out of the water’, las fotografías de Daniela Beltrán a la actriz en exclusiva para #VEINDIGITAL.

Hablamos con la actriz Antonia Giesen, sobre sus proyectos más inmediatos, su nueva vida en Alemania, y también cómo fue para ella interpretar a Blanca en La jauríala serie chilena inspirada en el caso de ‘La manada’. Un papel duro que narra una situación aún más complicada. Aquí nos cuenta sus responsabilidades como actriz y cómo se acerca a esta interpretación tan compleja desde la responsabilidad. Todo esto, y más, acompañado de imágenes en exclusiva para #VEINMAGAZINE de la mano de Daniela Beltrán.

Estudiabas Psicología cuando aceptaste tus primeros papeles como actriz, cuéntanos cómo fue el cambio al mundo de la actuación, de dónde surge ese interés.

Tampoco fue un cambio muy rotundo, ya que no fue una llegada a las artes escénicas tan fortuita. Estuve en dos colegios, Latino americano de integración, y luego en el colegio Altamira, ambos colegios declaradamente de izquierda y además muy culturales, por lo que desde siempre estuve muy vinculada a las artes escénicas, específicamente a la danza. Pero además esto no sólo significó que siempre haya estado cultivándome en el ámbito de las artes, sino que mis relaciones amistosas se fundaran y se conservaran también desde ese lugar, por lo que much@s de mis amig@s post colegio se dedicaron a las artes. Entonces, mientras yo me dedicaba a estudiar psicología, mis amistades más profundas pertenecían al nicho del teatro y la danza, desde ahí siempre estuve viendo arte y siempre estuve festejando entre artistas. De esta manera es que en algún minuto me llega la invitación de postular a una ‘escuela de talentos’ que impartía el Mega, dirigida por Moira Miller, a la cual con ciertos prejuicios y miedos postulé, ya que era derechamente entrar a la tele, mundo del cual no estaba muy segura, luego al terminar ese curso, en el cual finalmente lo pasé muy bien, estaba rodeada de un grupo humano muy amoroso, generoso y liviano, eso ayudó a construir una mirada humilde y colectiva sobre el mundo de la actuación. Debo decir que no fue tan complicado lidiar con ambos mundos, el estudiar con estar trabajando en televisión, lo sentí muy complementario, a pesar de las contradicciones entre lo íntimo y lo público, se me hizo muy interesante, y fue un espacio que analicé mucho, me entretuve, aprendí un montón. Existía de alguna forma una especie de amor por contraste, un mundo se sostenía por la existencia del otro, por un lado nutría lo creativo y lo arrojado, y por otro, el espacio crítico e intelectual, eso me gustaba. Lo único que se me tornó un tanto más incomodo y desafiante fue definir qué posición como artista quería tomar, en el sentido de si me interesaba hacer o no publicidad, de ser así, qué tipo de publicidad estaba dispuesta a realizar, qué tipo de proyectos artísticos quería hacer,  todo esto lo sentí necesario porque hacer televisión en la actualidad no es lo mismo que hace 15 años atrás, entonces las probabilidades de quedarte haciendo los mismo y no desarrollar ideas o formatos nuevos es muy alta, y eso me preocupaba, pero siento que mi terquedad e ímpetu fueron positivos en este caso, para lograr hacer cine, series y a la vez, poder sentirme en cierta lealtad ideológica conmigo misma.

Has trabajado recientemente en la serie ‘La jauría’, interpretando el papel de una joven que sufre una violación grupal. ¿Qué ha supuesto para ti interpretar a una mujer en una situación tan dura? ¿Te ayuda tu formación en psicología a la hora de preparar los papeles?

Para mi interpretar a Blanca supone varias cosas, por un lado me resulta necesario visibilizar este tipo realidades a través de productos audiovisuales, porque llega a gran gama de personas, porque levanta discusiones, personas se identifican con ciertos lugares y eso siempre ayuda a concienciar o a desnaturalizar algunas categorías impuestas que nos tienen algo cansad@s o maneras de vida que ya no nos hacen sentido.  Por otro lado, si bien toda mujer en Chile podría dar cuenta o sentir empatía por ese lugar de vulnerabilidad o sometimiento, porque es una realidad y la vivimos por el solo hecho de ser mujeres, sin embargo, a mi se me hace lejana una violación, pues afortunadamente no he estado en ese escenario, y de esta manera, pensé siempre que entonces debía tener una aproximación respetuosa a esta interpretación, ya sea en el acto mismo de realizarla con mis colegas, como también en su producto final. Siento que para la escena misma, entre Giordano [Rossi], Lux [Pascal], Agustín [Silva] y Raimundo [Alcalde], logramos un equipo de contención entre nosotr@s, porque no solo era para mi una situación violenta y expuesta, sino también para ell@s, hacer de figura sometedora y perversa nunca es fácil. Por otra parte, a pesar de las diversas críticas a la serie, mi opinión es que prefiero que exista a que no exista la serie. Ante todo, pienso que es un aporte, en su temática, para la industria audiovisual en Chile, entre otras cosas.

Claro que la formación en psicología me aporta a la hora de crear personajes, pero como también pienso que todo conocimiento extra se pone en juego a la hora de crear personajes, todos los oficios, todos los conocimientos se adhieren al cuerpo y a la mente, por ende desde ese lugar biográfico es que nos aproximamos para dar vida a estos personajes. Pero sobre todo, atendiendo a diversos pacientes, lo que mas integro a diario es la idea de que sin duda, la realidad supera la ficción, entonces ahí está todo a la hora de crear, y cuando pienso en la realidad me refiero a todo, incluso al mundo de la fantasía de cada persona, es decir, me aproximo a un nuevo personaje y me pregunto: ¿Cómo ocurriría esto en la vida cotidiana? Y de ahí se desprende un sinfín de sentires y de formas.

Una serie como ‘La jauría’ que se acerca de una forma tan cruda a la violencia de género, ¿crees que de alguna forma puede ir más allá del entretenimiento y ayudar a la sociedad a tomar conciencia? 

De todas maneras, como dije anteriormente, creo que poner sobre la mesa estos contenidos, no solo complejiza el ámbito artístico/creativo, lo que siempre me va a parecer atractivo, sino también, pone en juego la posibilidad de que el contenido tenga un impacto en la superficie social, y eso me parece aún más atractivo y necesario como fenómeno. A su vez, que el hablar ciertos temas suponga también una herramienta facilitadora para tramitar ciertas problemáticas personales y sociales, me parece muy importante, por ejemplo, cuando se estrenó la primera temporada de ‘La jauría’, a mí me llamó muchísimo la atención que muchas mujeres me escribieran en calidad de refugio, como si yo fuera un espacio posible de descarga emocional para ellas, por sentirse identificadas, porque de alguna manera me tomaron como extensión de su propia palabra no dicha. Muchas mujeres que habían pasado por situaciones horribles pero que aún no se atrevían a hablar, en fin, muchas situaciones de la misma índole que de alguna manera nos vienen a recordar que como artistas no somos necesariamente psicólog@s, pero si individu@s con una responsabilidad ética, política y social.

 La serie está dirigida por dos mujeres y dos hombres, ¿están cambiando las cosas en términos de paridad dentro del mundo audiovisual? 

Aún falta mucho en este ámbito, a veces se manifiesta en cambios de forma aparente y superficial pero no estructural, pero hay mayor conciencia, y en ese sentido, hay mucha menos tolerancia a sostener esos patrones de conducta. En el ámbito audiovisual se sigue viendo la injusticia de base, como por ejemplo en los sueldos, esa sería la expresión más concreta que perdura, pero también se nota en cuanto a la escucha de ideas provenientes de mujeres versus de hombres, si tienes mas carácter fálico (rasgos estereotipadamente masculinos, a eso me refiero) en algún punto eres mas escuchada. En general yo nunca me he sentido muy opacada en el rubro, pero insisto que creo que es porque tengo carácter, pero pienso en mis colegas mujeres que no necesariamente son o desean ser así, y ahí está el problema. Sí he visto muchas veces como mujeres de más ‘bajo perfil’ proponen ideas en un mundo mayoritariamente masculino, y no se les escucha, luego viene un hombre, propone la misma idea o incluso a veces una menos brillante y se le atiende, eso lo encuentro de una violencia garrafal, porque yo a momentos también me canso ¿porqué tendría que siempre presentarme con carácter fuerte para ser valorada en equipos? Pero de todas maneras, que el hecho de configurar equipos donde haya paridad de género, tanto en la producción ejecutiva, como dentro del equipo técnico, dirección, guionistas y elenco, es una propuesta ideológica importantísima y en el caso de esta serie, yo la agradezco mucho, porque no solo es un gesto político necesario para estos tiempos, sino que cambia el resultado final de un proyecto.

Últimamente has trabajado en grandes producciones internacionales, ‘La jauría’ de la que ya hemos hablado pero también ‘Inés del alma mía’. ¿Cómo ha sido formar parte de estas producciones internacionales?

Ha sido un privilegio poder conocer cómo funciona una producción grande, y en el caso de ‘Inés del alma mía’, una oportunidad poder conocer de manera interna como opera una producción extranjera, y sin duda, una oportunidad para mostrar mi trabajo. Por otro lado, desde que me puse a actuar fue un interés poder internacionalizar mi carrera, más aun, cuando apareció la idea de vivir fuera de Chile, para mi solo es posible mi permanencia en Alemania si tengo la opción de seguir haciendo y creando en otros lugares, sobre todo por un asunto idiomático. Claro está que por un tiempo me será muy difícil poder actuar en Berlín, por eso necesito lograr seguir vinculada con mi país de origen, y a su vez con otros, dentro de lo posible. Tengo claro que lograrlo será un arduo camino, que será lento pero que una vez que sea, será muy satisfactorio.

‘Inés del alma mía’ interpretas a una princesa inca, ¿qué te llevas de esa interpretación? ¿Te resultó difícil preparar un personaje histórico del que se tienen tan pocos datos?

En ‘Inés del alma mía’, interpreto a la princesa Cecilia, una princesa Inca, sin duda había muy poco registro sobre este personaje dentro de la historia y eso hizo más difícil la creación de éste. Pero sobre todo, lo que más se me hizo difícil, fue acoger la visión que se le quería dar a este personaje, yo habría conservado cosas pertenecientes de la cultura inca. Por ejemplo que este personaje no hablara español de España y quizás que mis textos hubiesen sido solo en Quechua o con algún acento más peruano, en fin, pero esas son más pretensiones mías como actriz, pero que sin duda, pueden ir en contra del objetivo global de la producción. De todas maneras que quizás si habría podido proponer más en este proyecto, no creo que no se me hubiese dejado hacerlo, solo que ese ímpetu quizás no lo tuve tanto porque también me sentí más primeriza en una producción más grande, filmando en un comienzo en España, luego en Perú y finalmente en Chile. Pero ese es el aprendizaje que me llevo, que nunca hay que quedarse con las ganas de proponer.

Has recibido varios premios en Chile por tus interpretaciones, el premio Karlovy Vary o el Premio Caleuche, ¿qué sientes cuando te enteras de que eres la ganadora? 

Los tres premios que he recibido hasta ahora han sido realmente sorpresivos, muy inesperados. Porque a pesar de que uno siente que lo da todo, o a pesar de todos los intentos de querer crear prolijamente, yo desconozco si realmente voy por buen camino, desconozco si poseo “buenas” metodologías, a ratos también desconfío de lo que principalmente tengo, que es mi intuición. A estas alturas ya tengo más conocimiento, el que he podido rescatar en el hacer durante estos 5 años, sin embargo, al comienzo solo iba con mi intuición aproximándome a los proyectos, ningún conocimiento técnico aprendido en la escuela. Pero es real que este oficio, como la gran mayoría, se aprende haciendo. En ese hacer está la posibilidad de imitar los métodos que te hacen sentido, conectar con l@s otr@s es tu única opción para lograr un ‘buen’ o enriquecedor desempeño. Entonces lo que siento al recibir estos premios es solo una caricia que reafirma mi deseo por seguir conectando y creando colectivamente. Han sido los tres un recordatorio de que este segundo amor que conocí (la actuación) después de la psicología es algo que no soltaré tan fácil y que es un camino que en este presente elijo y deseo pulir.

Para terminar, ¿tienes algún proyecto entre manos que puedas compartir con nosotras? Ya sea a nivel profesional o personal.

En este momento está difícil proyectarse demasiado, aunque se quiera, algo que nos ha enseñado de manera brutal esta pandemia es que está difícil tener mucho control sobre el futuro, así que por ahora pensando de manera más inmediata. Por estos meses no me moveré de Alemania y pretendo abocarme a aprender alemán. Tengo algunos proyectos conversados con Chile pero nada cerrado hasta ahora, el proyecto que sí tengo comprometido y con el que me encuentro en conversaciones es en el próximo largometraje de Cristobal León y Joaquín Cociña (realizadores de La casa lobo) que hasta ahora esperamos filmar próximo año. Prontamente grabar a distancia la segunda temporada de Borrado una serie de audio ficción realizada por Emisorpodcasting que hicimos con Marcelo Alonso. Y estoy en conversaciones para una producción en España, pero nada tan claro como para ser anunciado.

Créditos:

Foto: Daniela Beltrán

Styling: Matías Amengual

Make Up: Macarena Nuñez

Hair: Pablo Vidal

Arte: Kusi Prod Ultra Estudio