Fantasmagóricas, etéreas, misteriosas, embriagadoras, mágicas, extrañas, veladas, desenfocadas, melancólicas, evenascentes, oníricas, esquivas, irreales, sensuales, tenebrosas… Colección de palabras que ligadas a las imágenes de Sarah Moon actúan como un sortilegio. Si las pronuncias mientras miras sus fotos, viajarás subida a la cresta del «movimiento del viento», como ella misma define ese halo tan característico que vela su obra, hacia un pasado inocente que quizá pueda ser reescrito en nuevos términos.
Con motivo de ‘Sarah Moon. El tiempo se detiene’, exposición en Foto Colectania (Barcelona), exploramos claves de su obra que nos permiten atravesar las líneas del tiempo. Incluso, tal vez, visionar y manifestar un futuro acogedor y deseado.
«…En un día lluvioso, en la luz de la mañana, miro hacia atrás todas estas fotos que he acumulado: momentos de despertar, segundos fugaces, un corte brusco a cámara lenta de una película que he estado viviendo por proxy, más desde fuera que desde dentro… ¿Son sueños de lo que tratan mis fotografías? O mejor aún, ¿son alucinaciones?» ~ Sarah Moon
De Marielle Warin a Marielle Hadengue
Marielle Warin fue el nombre que le dieron sus padres al nacer en 1941 en Francia. De origen judío, su familia emigró a Inglaterra durante la ocupación alemana. Estudió dibujo en su juventud y antes de cumplir los veinte años trabajó como modelo entre Londres y París bajo el nombre artístico de Marielle Hadengue. Fue entre 1960 y 1966, época en la que también comenzó a fotografiar a sus amigas modelos. Durante aquellos años realizó campañas publicitarias para Biba, la casa de moda fundada en Londres por Barbara Hulanicki. Pronto sus campañas para Cacharel se convirtieron en objeto de culto.
Cuando se convirtió en Sarah Moon
Al iniciar la década de 1970 dejó su carrera de modelo y se centró en su trabajo como fotógrafa, adoptando entonces el nombre de Sarah Moon. En 1972 se convirtió en la primera mujer en fotografiar el calendario Pirelli. A sus primeras campañas para Biba y Cacharel -¿quién no recuerda las fotos o los films para Anaïs Anaïs?- le siguieron otras para Dior, Chanel, Christian Lacroix y los ‘Tres grandes de Tokio’: Comme Des Garçons, Issey Miyake y Yohji Yamamoto; así como editoriales en Vogue, Elle, Harper’s Bazaar, Marie-Claire, Nova y Life. A partir de 1985 se centró en proyectos fotográficos personales, alejados del mundo de la moda, pero transmitiendo la misma poética fugaz a través de bodegones, paisajes, ciudades, plantas o animales. Aunque con excepciones. La campaña de 2016 en colaboración cosmética con NARS homenaje a la película de cine mudo ‘Metrópolis’ (1926), de Fritz Lang es un hechizo futurista-nostálgico .
Sarah Moon para Comme Des Garçons
Sarah Moon para Issey Miyake
Sarah Moon para Yohji Yamamoto
«Las fotos que más me interesan, no puedo decir por qué las hice. Creo que mi don es que aún trabajo con cierta inconsciencia.» ~ Sarah Moon
El halo de una era dorada
Era propio de los años 80 volver la vista hacia los años 20 del siglo pasado y reinterpretarlos desde una perspectiva contemporánea. La modernidad de principios del siglo XX en ocasiones podía superar en apariencia a la más techno y suburbana. Para muestra las fotografías de Madame D’Ora, quien pareció viajar al futuro para crear su propia estética. De enfoque suave, translúcido y enigmático, muchas de las fotos de Moon estaban inspirada en los dorados años veinte del siglo pasado. Quizá Louise Brooks fue su musa para retratar desde su perspectiva contemporánea y nostálgica ese ambiente “feliz” y “loco” del mundo garçonne. El maquillaje, el peinado, los vestidos… todo apunta a esa estética encarnada por las actrices e inmortalizada por los cineastas y fotógrafos de las décadas de 1920 o 1930. Un estilo que también recrearon los ‘Tres grandes de Tokio’ -Comme Des Garçons, Issey Miyake y Yohji Yamamoto- para los que Moon hizo campañas que ya forman parte de la gramática de la moda contemporánea.
“Invento una historia que queda sin contar, imagino una situación que realmente no existe, estoy atenta a lo que no esperaba, espero ver lo que no puedo recordar, deshago lo que había armado” ~ Sarah Moon
Evanescentes y sensuales
En su mundo de ensueño, velado por su propia mirada, Sarah Moon retrata a mujeres de apariencia etérea, pero cuyos cuerpos se sitúan en el centro de la historia. Lejos de lo mundano, pero carnal, el aura de sus modelos se escapa de esta realidad, también de este tiempo, para dibujar una línea difusa entre la materialidad del ser y el momento fugaz. Moon se cuela sin molestar en escenas íntimas, como una cómplice con el espectador, pero sin desvelar muchos rasgos, a menudo difusos e indistintos, lo que crea una atmósfera poética, irreal y onírica en la que a muchas nos gustaría colarnos.
Imágenes del calendario Pirelli
«Muy a menudo me digo: Me gustaría hacer una foto en la que no pasara nada. Pero para eliminar, tiene que haber algo para empezar. Para que no pase nada, primero tiene que pasar algo». ~ Sarah Moon
Lou Lou, oui c’est moi
En la década de 1980 dio sus primeros pasos en el mundo del cine, llegando a filmar más de 150 anuncios para empresas de cosméticos como Cacharel, l’Oréal y Revlon. También creó largometrajes y documentales, entre ellos ‘Mississippi One’ (1991), ‘Henri Cartier-Bresson. Point d’Interrogation?’ (1995) y ‘There’s something . . . about Lillian’ (2001). Además, basados en los cuentos de hadas de Charles Perrault y Hans Christian Andersen, realizó cortometrajes como ‘Barba Azul’ (2006), ‘La Sirenita’ (2007) o ‘Caperucita Roja’ (2010).
«¿Lou Lou? – oui c’est moi». Cuántas veces repetimos esta frase. Tres veces seguidas, como si de un ritual mágico se tratara, como si en la última enunciación pudiéramos convertirnos en esa Louise Brooks de los años 20 del siglo pasado que Moon recreó en este anuncio para el perfume de Cacharel.
“Me escapo a través de la fotografía. Nunca sé hacia dónde me dirijo, todo lo que sé es que allí el sol se pone antes de que salga, justo a tiempo para que mi sombra se alargue y caiga el crepúsculo.” ~ Sarah Moon
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