Elegía prendas que «no lucharan contra su cuerpo y su pensamiento». Su estilo característico se veía influenciado por el mundo literario al que pertenecía.
Cuando pensamos en iconos de la moda de los años 50 o 60 se nos vienen nombres como Mailyn Monroe, Audrey Hepburn o Grace Kelly. Todas estas mujeres fueron estrellas de Hollywood con un estilo de moda icónico. Recordamos los vestidos entubados de Marilyn, las bailarinas de Audrey o las transparencias sutiles de Grace. Sin embargo, muchas otras mujeres han aparecido en las páginas de la historia de la moda y nos hemos dado cuenta de que sus prendas contaban una historia más allá.
Hablemos de Sylvia Plath (1932-1963). Esta escritora estadounidense, no solo realizó un trabajo increíble para la historia de la poesía sino que, además, poseía un inspirador sentido del estilo. Su presencia en el mundo literario entre los años 50 y 60 refleja las elecciones de vestuario que Plath hacía. La escritora publicó su primer poema a los ocho años, hecho que le ayudó a encontrar el amor por la escritura. Su vida no fue fácil: estuvo marcada por la depresión y los desórdenes mentales, temas que también se plasmaban en sus obras.
En 1956, la novelista se casó con Ted Hughes (1930 – 1998), uno de los mejores poetas ingleses de su generación. Sin embargo, su matrimonio duró 6 años. El primer título publicado por Sylvia llegó años después de casarse, en 1960. «El Coloso» fue su primera y única novela publicada antes de la muerte de la poetisa. Su obra más destacada es «La campana de cristal» (1963), una novela autobiográfica que convirtió a Plath en un símbolo feminista, ya que cuestionaba todas las normas y costumbres que se atribuían a las mujeres de la época. De manera póstuma aparecieron los libros de poemas «Ariel» (1965), uno de los títulos clave en su bibliografía, «Cruzando el Agua» (1971) y «Árboles invernales» (1972).
Su interés por la moda comenzó pronto, incluso en algún momento contempló convertirse en diseñadora. Las páginas de su diario conocen la relación que Sylvia mantenía con este mundo. Para ella, iba mucho más allá de la superficialidad. Su poesía, además, desarrolló una división en el modelo de feminidad que existía entonces y creó un concepto que estaría presente en muchos de sus poemas: la pantalla dividida. Plath siempre tuvo una imaginación visual muy característica y, esta obra que realizó en su primer año de Universidad se convirtió en un símbolo que separaba a la mujer en dos identidades diferentes.
Cuando comenzó la vida como esposa su identidad madre/profesional/esposa estaba comprometida con la moda contemporánea. Plath se vestía con cuidado para cada momento, intentando que las prendas que elegía «no lucharan contra su cuerpo y su pensamiento». En cambio, cuando la escritora se separó, utilizó la moda como una forma de reinventar su yo real de la pantalla dividida, dejando de lado todas aquellas prendas de «esposa».
Existen tres claves que Sylvia Plath utilizaba para guiar su forma de vestir. En primer lugar, la comodidad es la base de su moda. El armario de la escritora estaba lleno de camisetas, faldas y zapatos planos que le ayudaban a crear un look sencillo pero elegante. Otro de sus tips era que las prendas no fueran demasiado llamativas; evitaba los volantes y los estampados recagardos. Plath se inclinaba por una línea más sencilla. Y, para terminar de componer su vestuario, incorporaba piezas masculinas para mantener el equilibrio. Por ejemplo, si utilizaba una camiseta y una falda, añadía una chaqueta masculina que le proporcionara ese toque rompedor.
Los colores y telas favoritos de Plath se empapaban de emociones físicas y simbólicas que la inspiraban tanto a ella como a sus personajes. Pese a que la poetisa siempre se inclinaba por colores más pálidos como amarillo, blanco y aguamarina, su color favorito era el rojo. La combinación favorita de colores de Sylvia era rojo, blanco, negro. Entre sus tejidos favoritos se encontraban el terciopelo y el tweed, al que asociaba con la celebración y el logro. Ella elegía usar prendas poco llamativas, limpias y estilizadas, una inspiración simple que se basaba en la comodidad y en la sencillez.
Comprender la relación entre Sylvia y la moda es entender una intensa relación personal. Su interés por este mundo elevaron sus experiencias emocionales, su expresión creativa y su comprensión del individualismo. Plath nos guía por una visión única de las tendencias de moda de su época y todavía nos inspira en la actualidad.
–