Yayoi Kusama, la retratista de las obsesiones

18 / 09 / 2018
POR Belén Rubiales

La exposición de la artista que metamorfosea su enfermedad mental en arte llega de nuevo a Londres y promete ser un compendio de trabajos inéditos e icónicos.

 

 
La conocida galería londinense Victoria Miro será por duodécima vez el proscenio de ‘The Moving Movement When I Went to The Universe’(El momento cuando me fui al universo), un conglomerado de nuevas pinturas, trabajos de la icónica serie de la artista ‘My Eternal Soul’, calabazas (símbolo muy recurrente en su arte) de bronce pintadas y esculturas de flores.
 

 
También se podrá disfrutar de una de sus famosas ‘Infinity Mirror Room’, una especie de espacios alucinógenos que consigue con la mezcla de diferentes elementos y espejos, y que creará especialmente para la exposición. Al parecer consistirá en linternas de papel con estampado de lunares que se supenderán del techo y conferirán la sensación de estar en un espacio infinito.
 

 
Yayoi Kusama nació en 1929 en Japón y se la vincula con el arte conceptual y el desarrollo del Pop Art. Es una mujer que tuvo que mudarse a Nueva York por encontrar aburrido el arte y las tendencias niponas de la época, y consiguió hacerse un hueco en el avant garde americano. En los años 70, con un éxito más que cosechado, la vorágine de pensamientos obsesivos la llevan a volver a su país natal por sufrir un colapso nervioso; hecho que probablemente derivara de las 50 o 60 horas seguidas que dedicaba a pintar, hasta el extremo de ver puntos –otro de sus elementos característicos- por toda la casa y todo su cuerpo.
 

 
A lo largo de su carrera, la artista ha desarrollado un cuerpo diverso de trabajo que se nutre directamente de su ADN y que tiene la capacidad de conectar con audiencias globales. Aunque en estos nuevos trabajos también continúa desarrollando el tema cósmico o las obsesiones, pesadillas y traumas personales, son de alguna manera el testimonio del apogeo artístico de alguien que está a punto de cumplir los 90 años. Desde que su salud mental se resquebrajara en los 70, Yayoi decidió internar en el hospital psiquiátrico donde aún reside hoy día, y el que abandona a ratos para acudir a su taller, a su motor, situado en las cercanías, ya que, como la artista ha comentado en más de una ocasión: “si no fuera por el arte, yo me habría quitado la vida hace mucho tiempo”.

La muestra podrá disfrutarse hasta el 21 de diciembre.