‘Farrucas’: identidad cultural y realidades invisibilizadas

01 / 02 / 2022
POR Alba Rubio

Ian de la Rosa explora la huella morisca en el barrio de El Puche en un cortometraje que ha sido nominado al Goya. Hablamos con él.

Ian de la Rosa presenta ‘Farrucas, un cortometraje que indaga en la temática de la identidad cultural a través de cuatro jóvenes de origen marroquí, Hadoum, Fatema, Sheima y Sokayna. A medio camino entre la ficción y el documental, ‘Farrucas’ nos traslada al periférico barrio de El Puche, en Almería, donde viven las cuatro amigas, en un claro intento de dar visibilidad a la realidad que viven muchas personas de la barriada. De la Rosa nos descubre un mundo de mezclas culturales y diversidad identitaria en una historia de amistad que nos acerca a los miedos y problemas que viven cuatro chicas en un entorno que no siempre les es favorable, cuando en el decimoctavo cumpleaños de Fatema su confianza se vea puesta a prueba.

Tras el éxito de su primer cortometraje, ‘Víctor XX’ (2015), que aborda la problemática de género que viven las personas en un periodo de tránsito y su trabajo como guionista para la serie ‘Veneno’. Ian de la Rosa vuelve a hacer del cine su altavoz para mostrar realidades invisibilizadas y nos cuenta cómo nació su nueva película, ‘Farrucas’, nominada al Goya a Mejor cortometraje de ficción.

¿Cómo nace la idea de ‘Farrucas’?

‘Farrucas’ nace de un momento concreto de búsqueda. Me encontraba investigando acerca del pasado andalusí y la huella morisca en nuestra cultura, la lectura de ‘Arqueología de lo jondo’ de Antonio Manuel me marcó bastante. Al mismo tiempo, estaba explorando el concepto de lo trans de una forma más abierta, más allá del género. Me interesaban mucho las identidades culturales y cómo se conjugan en cada contexto. Encontré que había similitudes entre esta problemática y lo trans, pero no sabía cómo verbalizarlo.

En esa búsqueda de la identidad, una amiga me animó a conocer a una familia en el barrio de El Puche, en Almería. Gracias a la Asociación Ítaca conocí el barrio y su gente y me enamoré. De ahí nació el deseo de querer contar su historia.

‘Farrucas’ es el reflejo de la realidad que viven muchas personas en el barrio de El Puche, ¿Cómo fue grabar allí? ¿Qué retos supuso?

Todo el mundo en Almería conoce El Puche, aunque nadie va. Cuando llegué allí me impactó muchísimo el estado del barrio; administrativamente y socialmente ha caído en el olvido. No tienen servicio de recogida de basura ni alumbrado público. Sin embargo, es un lugar donde se han generado mezclas culturales preciosas que sin duda nos enamoraron.

En el barrio no estaban acostumbrados a tener un equipo de grabación por allí, y nosotros tampoco habíamos trabajado nunca en una barriada. Tuvimos la suerte de que las chicas pudieron «traducir» nuestras intenciones y poco a poco fuimos descubriendo el barrio, sus calles y a sus vecinos. Nos encantó El Puche y hemos aprendido mucho de nuestro trabajo allí.

El término ‘farrucas’, de raíz árabe andalusí, significa literalmente «aquel que distingue la verdad de la mentira». ¿Por qué elegiste este título?

El término viene a raíz de mi lectura de Antonio Manuel. En su libro ‘La huella morisca’ rastrea los restos andalusíes en el folclore, en nuestra lengua, en la música…narrando una historia de Al Ándalus fuera de los márgenes oficiales. En esa investigación lingüística, rastrea palabras y expresiones, entre ellas faruqa. Aunque literalmente significa la persona que distingue la verdad de la mentira, hoy en día utilizamos ‘farruco’ para referirnos a alguien que defiende su verdad por encima de cualquier cosa y para mí tiene mucho sentido como título de esta historia.

Aunque ‘Farrucas’ es un cortometraje de ficción, entra casi en el terreno de lo documental. Además, las actrices protagonistas, Hadoum, Fatema, Sheima y Sokayna, hacen de ellas mismas. ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en la historia?

Es difícil delimitar dónde termina la realidad de la ficción en la historia. Es importante aclarar que ‘Farrucas’ se grabó dos veces, y es que tras la primera grabación nos dimos cuenta que debíamos acercarnos a la historia de otra forma.

El guiónn, escrito con la ayuda de Jana Díaz, parte de la observación de las chicas, de su vida y de su día a día, nosotros solo nos acercamos a su realidad. Ellas son amigas de siempre, por lo que todo surgió de una forma muy natural, y aunque la historia está guionizada en parte, les dimos mucha libertad en el «cómo». Esa combinación de guion y espontaneidad es lo realmente especial de Farrucas. Las cuatro protagonistas demostraron que, aunque no tenían formación actoral, eran absolutamente profesionales.

Tu primer cortometraje, ‘Víctor XX’ (2015), premiado en el Festival de Cannes, aborda la temática de género y la problemática de muchas personas en ese periodo de tránsito. ¿Hay una intención consciente de dar voz o mostrar algunas realidades y colectivos invisibilizados?

Yo he sentido la necesidad de comunicar lo que siento a través del cine y sí, hay una intención de visibilizar mi realidad, porque yo también soy trans.

Me cuesta encontrar películas en las que el protagonista sea trans, sobre todo después del tránsito. Por nuestras características al transitar, el passing de género pasa desapercibido, no estamos en el imaginario colectivo, nuestros cuerpos no existen. Tenemos grandes lagunas en la representación del colectivo, lo que genera una completa invisibilidad y una violencia emocional muy importante a la hora de existir. Me gustaría que mucha gente pudiera enfrentarse a esta situación sin traumas o heridas de por vida.

A partir de aquí, veo el resto de identidades que de alguna forma se encuentran en el mismo sitio, siempre entendidas de una misma forma y siempre tratadas de una misma manera. De algún modo, me siento identificado con ‘Farrucas’. Esto es lo que me mueve a contar historias, al final hago cine para mí, tanto para comunicarme como para sentir que no estoy solo.

¿Qué ha supuesto ‘Farrucas’ para ti? ¿Cómo ha sido esta nominación a los Goya?

‘Farrucas’ ha sido un proyecto en el que he aprendido muchísimo. Ha resultado especialmente complejo y retador. Tras nuestro primer rodaje fallido tuvimos que levantar el proyecto casi desde cero y aquello fue un momento muy duro, pero me ha enseñado que en momentos así no hay que dar todo por perdido. La productora y el equipo se arriesgó y les estoy infinitamente agradecido.

Esta nominación al Goya demuestra que todo mereció la pena, es un reconocimiento al trabajo, al sacrificio del equipo y a la generosidad de las actrices. La selección de la Academia muestra que hay muchas formas distintas de abordar el hecho cinematográfico y celebro que puedan verse todas ellas.

Con ‘Farrucas’ hemos llegado mucho más lejos de lo que pensábamos. Ya hay un reconocimiento y una visibilidad que era nuestro objetivo.