Marta Niñerola y el arte de la memoria

09 / 06 / 2022
POR #VEINDIGITAL

La creativa valenciana deconstruye sus recuerdos para crear arte en una búsqueda constante entre lo que fuimos, somos y seremos.

Marta Niñerola es una artista multidisciplinar cuya obra explora los recuerdos de su infancia a través de la deconstrucción y la abstracción. Su trabajo, siempre entre «el pasado y el presente, el pensamiento y la materia, la forma y el color», explora las texturas y los colores otorgándoles un significado más profundo.

Todo su proceso creativo queda plasmado en sus artbooks en los que rememora el pasado y el presente como consecuencia de una búsqueda incesante por saber quién es ella como artista. En su trabajo apuesta por la experimentación, la innovación y la espontaneidad, pero también por la tradición y la artesanía del trabajo manual. Tras sus colaboraciones en moda, diseño, arte y escritura, Marta nos habla de su nuevo proyecto de encuadernación artesanal y nos cuenta cómo ve el futuro.

Defines tu trabajo desde la deconstrucción y la abstracción para evocar el pasado y hacer arte en el presente ¿cómo es eso?

Entiendo la forma, el color y la materia como conceptos, no como imágenes superficiales que simplemente muestran algo, pero no comunican nada. La gran mayoría de veces que empiezo a crear una idea, nace del caos proyectado en un cuaderno y es en ellos donde la palabra escrita que es impulsada por mi memoria, empieza a proyectar esa nueva imagen que es mi arte en el presente. La fotografía en este aspecto, también me ayuda mucho. Recuerdo que hace poco, estaba leyendo un fragmento de un libro de Karl Ove Knausgård y decía lo siguiente:

“Y luego están los recuerdos relacionados con el paisaje. Porque el paisaje de la infancia no es el mismo que el que sigue luego, está cargado de una manera muy diferente […] ha quedado anclado en lo más profundo de la conciencia, no sólo vaga y aproximadamente […] sino de un modo casi monstruosamente preciso y detallado. En mi mente solo tengo que abrir la puerta y salir para que las imágenes fluyan”. Dicho fragmento, me llevó de forma automática a una serie de láminas que había hecho en torno al mar y al recuerdo que tengo de ello. Esta serie no fue pensada con un orden, simplemente me salió tras un contexto determinado. Tampoco el nombre a la primera, fue después de empezar a componer con el color y las texturas, lo que me llevó a otorgarle ese significado. Al cabo del tiempo, me encontré con este texto y fue la descripción exacta de lo que pasa muchas veces en mi cabeza. Además, me gusta mucho el doble significado que se le puede dar al concepto de «lugar» lo asociamos a algo tangible, es decir, podemos ver, tocar y sentir en ese mismo instante todo su entorno, sin embargo, a veces también se puede recurrir a un lugar de forma mental, y estos últimos siempre son los mismos, claramente asociados a mi lugar de origen.  

Hablas del arte como consecuencia de una «búsqueda constante de lo que fuimos, somos y queremos ser», pero ¿qué quiere ser Marta Niñerola?

Está bien querer proyectar hacia algo, pero tampoco considero que tenga que estar premeditado, si supiéramos todo lo que va a pasar romperíamos la magia que se produce durante el proceso del propio camino. Siempre trabajo en ser lo que estoy siendo en ese momento, a poquitos y creciendo poco a poco. Lo anticipado puede jugar una mala pasada porque no suele ser real en la gran mayoría de casos. También me inspiro en personas que me han marcado desde una perspectiva profesional y personal, para aspirar a ello, eso sí que lo he tenido siempre muy claro. Soy partidaria de que primero se es persona y luego ya un trabajador.

A rasgos generales, estoy enseñando una forma de trabajar, de entender el diseño y el arte y un ejemplo de poder dedicarse a lo que uno quiere.

Tu trabajo fusiona la técnica analógica con la digital ¿cómo se realiza este proceso?

Es una premisa fundamental y que me respeto a mí misma en cualquier proyecto, porque aúna mis dos vertientes, el diseño y el arte. No entiendo la una sin la otra, lo analógico me aporta expresión y lo digital racionalidad y jerarquía.

Siempre empiezo mi trabajo en mis artbooks, cuadernos hechos a mano donde registro de forma espontánea mi proceso de trabajo interno que luego acaba en diferentes proyectos como pueden ser las láminas. Todo lo que utilizo son texturas, muchas veces que reciclo, o colores generados con técnicas a mano. Aquí escarbo mucho en el recuerdo, por ejemplo, los colores que utilizaba de pequeña, texturas antiguas encontradas en mi casa o nuevas que me evocan a alguna localización en concreto…etc. Aquí surge ese reflejo del pasado, el presente y el futuro: lo que tenía, lo que encuentro y lo que puedo hacer con ello.

Es una forma de reflexionar de forma consciente y de hacer de mi trabajo un momento único, todo lo hecho con mis manos, me ayuda a tomar consciencia del acto de crear. Una vez arranco con todo ello, empiezo una segunda etapa y ahí es donde empiezo a pensar por medio del diseño, que me permite bajar el proyecto a tierra, y es donde entra lo digital. En dicho momento, me acuerdo mucho de una frase que me dijo la que fue mi segunda tutora de la carrera: ahora vamos a empezar a ver qué sale y qué no sale…etc.

Suele haber un prejuicio hacia lo tecnológico y ser juzgado como algo frío y desensibilizado, sin embargo, la apariencia final de mis piezas se consigue gracias a lo digital, y es algo fascinante porque a las personas que les gusta mi trabajo, les sigue evocando cierta delicadeza y tranquilidad.

¿Qué influencias podemos encontrar en tu trabajo?

Cuando empecé a tomar consciencia de mi capacidad artística fue gracias a la carrera donde estudiábamos Historia del Arte, se me quedó muy marcado todo lo que era Arte Contemporáneo del siglo XX y todas esas referencias me ayudaron a recordar en gran medida y a empezar a entender una forma de poder expresar. Tanto mi madre como mi padre, son dos personas que, sin quererlo, porque les gustaba, me han inculcado desde pequeña el valor de las antigüedades, su origen y la experiencia de lo abstracto como medio para pensar y expresar. En un primer momento, trabajé con referencias que me aportaban imagen, pero en la actualidad, me fijo siempre en aquellas, que me pueden ayudar a profundizar desde otra perspectiva. Un fragmento de Kandinsky, la forma de pensar para diseñar de los Eames, de manipular de los Informalistas, de enseñar de Bruno Munari o de comunicar sensibilidad de Isabel Coixet, podrían ser buenas referencias.

En los últimos meses has comenzado un proyecto de venta de cuadernos artísticos, ¿qué importancia tienen los artbooks en tu trabajo?

Toda. Con dicho lanzamiento quería hacer un guiño al valor de un cuaderno. Mis Artbooks, como he comentado, son la base de mi trabajo y mi herramienta esencial, acaban convirtiéndose en un objeto de lo más preciado por lo que llevan dentro, no por lo que aparentemente son cuando los compro.

Así que me hacía mucha ilusión sacar una libreta que tuviera un valor especial, que su base estuviera hecha con mimo y que por supuesto no dejara de aportar su funcionalidad principal: seguir siendo un medio para poder expresarse con imágenes y palabras.

El color y las texturas tienen una gran importancia en tu obra ¿qué puedes contarnos sobre esto?

Difícil expresarlo con palabras, porque es un proceso bastante intuitivo, pero es verlo y saber que quiero combinar o mezclar. Siento una atracción nada más verlos y de querer generar algo. Me pasa desde pequeña, quizá sea también porque me potenciaron dicha capacidad llevándome a clases de pintura, nunca fui a dibujo académico. Mi padre que es una de las personas que más me conoce, siempre me lo destaca y me cuenta la anécdota de mis dibujos de cuando era pequeña, “una pequeña maga de los colores”. Y siempre me dice que tiene todos mis dibujos guardados.

Además del arte, también has trabajado la escritura o la moda, ¿con qué disciplina logras expresarte mejor?

Elijo la escritura, trabajar directamente en una empresa de moda va en contra de mi forma de ser en la actualidad. Me gusta trabajar en moda, pero desde otra perspectiva, por medio de la colaboración a partir de mi Arte sí que he encontrado cierto equilibrio.

Has trabajado con grandes firmas como Kenzo o Nike, además de llevar a cabo importantes proyectos ¿qué te gustaría hacer en el futuro?

Seguir combinando mi trabajo y colaborando con compañías acorde a ello. Es altamente gratificante poder nutrirte de empresas como esas y además poderles aportar con tu visión del arte y del diseño. Al haber estudiado diseño y además dar clase de ello, me permite poder adentrarme bastante en los proyectos. Recuerdo muy bien uno que también hice para Aristocrazy. Consistía en decorar una de sus tiendas más especiales en la ciudad de Sevilla, integrando sus joyas en mis collages. Y en dicha propuesta había que afrontar un espacio, una tipología de enmarcación y materiales, un producto que entender y un tiempo de apertura que cumplir.

Trabajando en el pasado, ¿cómo ves el futuro?

No sabría contestar con exactitud, ya que el crecimiento del creativo está muy anclado al país al que pertenece. Pero, en mi caso, sí que me gustaría ver un ápice de interés por mejorar la situación del creativo en España, es muy difícil empezar, ya que eres un autónomo como cualquier otro y es imposible tener una previsión de lo que te puede pasar cuando decides emprender dicho camino. Parece que a veces se nos olvida que gracias a nosotros la gente se viste, habita sus casas y puede expresarse por medio de la imagen y la palabra.