¿Qué comeremos en 2018? Los food trends del futuro

30 / 12 / 2017
POR Kike Adela

Empieza la cuenta atrás para 2018, que tras su antecesor 2017 promete ser un año movidito, también en la escena gastronómica. ¿Qué será de los food trends y movimientos gastro-políticos del futuro?

Cada año se alzan y caen sin descando nuevos food trends, la fiebre de los cupcakes, el fondant y las buttercream de colores ya nos pusieron unos kilos de más y precedieron una revolución anti-azúcar que se ha visto magnificada por las helthylocas y veganas del 2017. Pero estas modas van más allá de feeds de Instagram coloridos o atques de glucemia, recientemente el pavor por el azúcar resultó en Catalunya en forma de impuesto contra cualquier producto rico en la temida substancia. Queda comprobada la relevancia de estos movimientos, per eso nos aventuramos con un par de conjeturas más o menos fundadas sobre nuestro inminente futuro gastronómico.

EL AÑO DE LOS FLEXITARIANOS
Se prevé que en 2050 la población humana será de 9.000 millones, lo que aumentará el consumo de agua a niveles insoportables parar el planeta y una dieta vegetariana podría resultar como alternativa al problema. En efecto, la comida obtenida de animales, consume entre cinco y diez veces más agua que la necesaria para una alimentación vegetariana, pero no todos estamos dispuestos a dar el paso. Hasta entonces se alzará una nueva revolución, la de los «flexitarianos». Partícipes de esta dieta son los que muestran preocupación por el medio ambiente, el bienestar animal y la salud, por lo que optan por una alimentación mayoritariamente vegetal, eso sí, sin renunciar al consumo de carne, pescado o productos animales de vez en cuando. Es decir, son «veganas cuando les da la gana».

Sin prisas pero sin pausas, las catástrofes naturales, hambrunas y escasez de agua que llevan ya acechando durante años, prácticamente nos forzarán al veganismo puro y duro, pero mientras tanto… un tapita de jamón que no nos la quiten.

 

GALLETAS DE GRILLO Y HAMBURGUESAS DE LABORATORIO
Siguiendo al trend de los flexitarianos, innovaremos hacia un mundo de proteína vegetal.
Tofu, tempeh, legumbres… Nos gustan pero no son suficientes, queremos más y mejor; carne de verdad sin coste ecológico, moral y a poder ser tampoco económico.

Este año promesa tras promesa la industria nos ha dejado con la miel en los labios, la realidad de la carne de laboratiorio ha llegado pero no a los consumidores. Que si la “Impossible Burger” o la “Beyond Meat Burger”… nos hemos tragado miles de vídeos en facebook para acabar 2017 con la “No Burger”, y hemos encontrado al culpable.
A pesar de que la ciencia avanza más rápido que nunca, crear nuggets en placas de petri ya es posible, pero muy caro. Empresas como Memphis Meat’s han conseguido reproducir células de pollo y pato pero a un coste de 9.000$ por kg, mientras que en America el precio medio de la proteína tradicional es de 3.22$/kg.
Pero esta no el la única alternativa, algunas propuestas ponen el ojo en los insectos como fuente de proteínas completas y ecofriendly. Grillos, escarabajos o cualquier invertebrado artrópodo podría ser candidato para nuestra dieta del futuro.

A largo plazo comer insectos podría estar plenamente normalizado, además de que resultan seguros y sostenibles por su rápida reproducción y su bajo costo o que pueden ofrecer entre 15 y 70 o más gramos de proteínas por cada 100 gramos de animal. Por raro que pareza, en algunas culturas los inesctos son ya imprescindibles en platos tradicionales, y nuevas formas de consumo como la «harina de insecto» podrían ampliar su exposición en nuestras dietas. ¿Os apetece una cookie o barrita energética de grillo?

 

LAS BACTERIAS DEL «Big Mac» NOS MATARÁN A TODOS
Mientras esperamos a las hamburguesas de Silicon Valley, se alzarán ante nosotros las mortales superbacterias.
La producción industrial de carne, masificada y sustentada en antibióticos, ha propiciado que las bacterias tengan una mayor resistencia, y según el estudio “Review on Antimicrobial Resistance” encargado por el gobierno Británico se advierte de que diez millones de personas podrían morir antes de 2050 por el aumento de la resistencia de los antibióticos.

Por el contrario, las bacterias podrían salvarnos. Los productos fermentados y ricos en bacterias beneficiosas como el yogur, kimchi, kefir o kombucha están en alza y su consumo es cada vez mayor, ya que mantener una flora bacteriana sana a través de probióticos puede ayudarnos a combatir enfermedades e infecciones.

Si como nosotros queréis saber más sobre este tradicional trend y como os pueden ayudar los probióticos, tenéis un artículo sobre «¿Qué c*ño es el kombucha?» y otro sobre «El desayuno de la felicidad«.

 

EL FIN DEL “PA AMB TOMÀQUET”
Si por algo se ha caracterizado este año ha sido por el trajín político a escala mundial. Trump al cargo de América aumentando la tensión con Kim Jong-un, el acarreo administrativo del Brexit en Inglaterra o el intento independentista en Catalunya… ¿Pero qué consecuencias tendrán en la mesa?

Quizás Trump decrete una prohibición contra el Kimchi. Este producto fermentado de orígen Coreano no podría disfrutarse más en platos de hipsters barbudos en L.A. Más allá del posible ataque de apropiación cultural que implica servir esta col picante coreana sobre un taco mejicano elaborado en américa, todos sabemos que al mandatario estadounidense le va el “chincha-rabincha”, y esta podría ser su revancha contra los intimidatorios lanzamientos de misiles por parte de Corea del Norte.

Inglaterra podría por fin recuperar su tradición culinaria gracias al Brexit. Aunque su salida de Europa quizás tenga muchos peros, el aislamiento forzaría a los Ingleses a reencontrarse con su gastronomía más tradicional. Basta de Tikka Massala como plato estrella de Inglaterra, ¡eso no se lo creía nadie! Una dieta basada estríctamente en Sándwiches de mantequilla y cheddar, Fish and chips y Shepherd’s Pie tendrán que servir como salvavidas emocional a los ingleses tras la ruptura.

Los Catalanes dejarán de comer jamón y tortilla española.
Tras el fallido intento de proclamación de la independencia la población se ve presionada a posicionarse, y también en cuanto a la gastronomía. Los ciudadanos tendrían que elegir entre longaniza de Pagés o Chorizo Riojano, Canelons de Rostit o Croquetas de Cocido, Pà amb Tomàquet o Pan con Jamón y la decisión más difícil y definitiva, vivir sin Tortilla Española.

¡Feliz 2018!

 

#VeinFood