Los escándalos más sonados del año pasado según Diet Prada

08 / 01 / 2019
POR Antonina Cupe

Esta cuenta de Instagram se ha convertido en el azote de la moda. No se les escapa una, cuentan con un 1 millón de seguidores y su influencia provocó incluso la cancelación de un desfile el año pasado.

 

 
Hace ya cuatro años que apareció la cuenta @diet_prada en Instagram, hasta hace relativamente poco anónima, para destapar plagios, discriminaciones, abusos y demás en la industria de la moda. Ahora cuentan con un millón de seguidores entre los que se incluyen nombres como Edward Enninful, Naomi Campbell o Gigi Hadid¿La clave de su éxito? La valentía y la frescura con un alto grado de ironía de sus publicaciones. Tony Liu y Lindsey Schuyler, el dúo detrás de esta cuenta, son millennials afincados en Nueva York y con experiencia en el mundo de la moda. No se les escapa ni una, saben tirar de archivo y no dudan en enfrentarse a los diseñadores o a las firmas, independientemente de su poder, si los creen culpables de plagio. La libertad con la que esta cuenta se expresa y su ojo avispado les ha hecho ganarse el título de «azote de la industria» o «fashion police». Algunos le reprochan haber iniciado una caza de brujas en la que las acusaciones de plagio vuelan sin control, pero en una industria de apariencias y con una memoria cada vez más corta, esta cuenta aporta algo de equilibrio.
 
Cuando sus creadores salieron a la luz en 2017 y la cuenta dejó de ser anónima, muchos veían el final aproximarse a pasos agigantados, pero la realidad ha sido muy distinta. Diet Prada es más fuerte que nunca. Tony y Lindsey no se han convertido en celebridades, siguen llevando la cuenta como al principio, aunque el grado de implicación en algunos temas que les preocupan especialmente se ha hecho notar.  Los profesionales parecen tener una relación amor-odio con ella. Casi todos los diseñadores siguen a esta cuenta, aunque pocos están dispuestos a hablar de ella y por lo tanto, reconocer su influencia. Sin embargo, con un millón de seguidores y miles de comentarios en algunas de sus publicaciones, la industria no les quita el ojo de encima.
 
En #VEINDIGITAL hemos recuperado algunos de los escándalos que Diet Prada ha viralizado en el último año para el deleite de algún que otro Dieter.
 
 

La campaña racista de D&G


 
A finales de noviembre la casa italiana iba a ofrecer un desfile en Shanghai. No se le ocurrió mejor forma de promocionar el evento que con una serie de videos titulados #DGlovesChina en los que una joven china intenta comer comida típica italiana del tipo pizza y canutillos con palillos. Diet Prada juzgó la campaña como racista. Horas después, la cuenta publicó una serie de mensajes directos en Instagram de Stefano Gabbana en los que se refería a China como un país “de mierda” entre otras lindezas –la firma asegura que sus cuentas fueron hackeadas–, y que provocaron que se cancelara el show. Los diseñadores italianos publicaron una disculpa en video días después.
 

Puedes leer más sobre el escándalo aquí.

 
 

Prada mete la pata


 
Este llaverito de la colección «Pradamalia» de Prada levantó ampollas debido a su parecido con Little Sambo, un personaje de ficción que representa la época más racista de los E.E.U.U. Una abogada lo vio en un escaparate en Nueva York y decidió compartir su indignación en Twitter. Diet Prada se hizo eco y comenzó un interesante debate sobre la diversidad en la industria. No es suficiente con modelos de diferentes razas, la diversidad en departamentos de marketing, diseño, publicidad y demás es también muy necesaria.  La firma italiana lo ha retirado, ha pedido disculpas y piensa donar los beneficios a una asociación contra el racismo.
 
 

Celine, sin tilde claro


 
El primer desfile de Hedi Slimane para Celine –ahora sin tilde– se convirtió en el evento más esperado de la semana de la moda. Diet Prada hizo una comparación de los looks de esa colección con otros que ya había hecho en Saint Laurent. La colección era básicamente una reproducción de looks anteriores. La cuenta afirmaba que LVMH–compañía a la que pertenece la casa– solo quería el beneficio que Slimane había aportado a Saint Laurent en su momento y no la creatividad. Los casi 4000 comentarios en la publicación provocaron que la cuenta siguiera echando leña al fuego con su ácido sentido del humor en otras publicaciones. ¿La última? Un meme burlón sobre Hedi Slimane y su promesa de hacer una colección de alta costura para Celine.
 
 

El sombrero del verano


 
Quien no haya visto una imagen del sombrero gigante de Jacquemus ha debido de vivir bajo una piedra. La imagen de Bella Hadid con el sombrero debió aparecer en la sección “explorar” de Instagram de medio planeta durante el verano.  A Jacquemus, que vive su época dorada, Diet Prada ya le había llamado la atención antes por publicar en su cuenta personal el trabajo de otros artistas sin mencionarles. Sin embargo, cuando la cuenta se hizo eco de un artículo de Vogue México que afirmaba que el sombrero pertenecía en realidad a una marca mexicana llamada Olmos y Flores y que era un caso típico de “marca grande se come a la pequeña”, el diseñador francés no pudo contenerse. Comentó en la publicación y avivó aún más el debate.
 
 

Gucci se apropia del turbante


 
Gucci decoró las cabezas de sus modelos –casi todos blancos– con turbantes sijs para la colección otoño-invierno 2018. No se trataba de inspiración, no reinventaron el accesorio tampoco. Diet Prada lamentó el uso de un significante de identidad tan potente como es el turbante en el sijismo para un desfile y dio ejemplos de diseñadores que se habían inspirado en el turbante, como Marc Jacobs o Miuccia Prada de forma menos ofensiva.  
 
 

Diet Prada vs Virgil Abloh


 
Si sigues esta cuenta desde hace tiempo, te sonarán comentarios del tipo “parece que tenéis una particular vendetta contra Virgil Abloh” o “estáis obsesionados con él”. Es verdad que el creador de la marca Off-White y director creativo para hombre de Louis Vuitton ha sido protagonista de un número considerable de publicaciones este año. En esta en particular, la cuenta le acusa de copiar el trabajo del artista italiano Lucio Fontana para promocionar su exposición en el Ssense Montréal.